Hoy quiero salir sin sujetador a la calle,
que me admitas que no entiendes mis daños aunque hayas soplado mis velas cada año.
Quiero escaparme a un manicomio,
hacerme otro tatuaje,
que sellen mi pasaporte para no ir a ninguna parte,
pero estar en todas.
Voy a mirarte lo más triste que sé,
empezaré a trabajar un sábado cualquiera,
creerás que mi película es una versión adulta hasta que veas los dibujos de mis sábanas.
Te diré que todo va bien mientras lloramos porque conocemos la verdad;
me susurrarán que me quieren mientras intentan coserme la sombra de nuevo,
ya os anuncié que no soy Peter Pan,
que aunque parezca una niña nunca aprendí a volar
porque intentaron asesinarme a los tres,
y me fusilaron a los quince.
Quiero recuperar mi goma
y borrar a estos políticos,
ojalá en un debate a cuatro:
un padre que no puede dar de comer a sus hijos,
una mujer maltratada,
un sin techo
y tú, que sabes más de lo que hablas.
He imaginado tantas veces mi funeral
que la única constante que no he sabido despejar soy yo,
polvo,
en esa caja.
Ojalá te rías tanto que sin darte cuenta acabes en el cine conmigo,
que me cuente que ha echado el mejor polvo del mundo,
consigo mismo.
No quiero la limosna de tus palabras,
hace tiempo que no sienten nada.
Hoy han tecleado junto a mi soledad,
creo que la han arropado.
Te espero en la orilla del mar,
ahogando una a una todas las canciones
que no me vinieron a rescatar.