sábado, 26 de diciembre de 2015

OJALÁ, JODER

Ojalá hicieseis el mismo eco para denunciar el sufrimiento de los refugiados que para meteros con aquellos que no comparten una opinión que no debería tener otro color que no fuese una bandera llena de ellos.
Ojalá salieseis a la calle tanto como habláis, para ver el hambre en el mundo.
Ojalá os dejaseis la garganta, joder, ojalá os la dejaseis al gritar con impotencia por qué roban los que tienen mientras existen aquellos que acaban el día sin nada que llevarse a la boca.
Ojalá ese ojalá de Silvio Rodríguez.
Ojalá defendieseis tanto a las víctimas de la violencia de género como defendéis algo perdiendo el respeto y la razón sólo porque alguien no siente lo mismo.
Ojalá que se te olvide el nombre de un partido político y luches por un sentimiento, por la libertad y por la justicia, que ya va siendo hora de que vuelvan a tomar el asiento que les corresponde.
Ojalá no haya tantas fronteras en esas palabras que no hacen más que levantar límites diciendo 'esto es mío' y no va a ser tu hogar.
Ojalá fuésemos capaces de ver lo que cien mil veces nos han repetido, y es que el color de la piel no dice nada sobre un corazón.
Ojalá no nos condicionase el miedo cuando depositamos en una urna nuestra elección de futuro.
Ojalá aprendamos a defender una opinión sin tener que insultar la de otro.
Ojalá que dejasemos tanta hipocresía a un lado, y empezasemos a mancharnos las manos de color esperanza.
Ojalá seamos capaces de abandonar ese sentimiento de pena y nos levantemos a ayudar.
Ojalá usaseis la fuerza que malgastais sobre quien es opuesto a vosotros para empezar a luchar por el bienestar de todos, porque nadie pase frío y por abolir las miradas desnutridas.

Ojalá nunca seáis los protagonistas de ese tormento al que dais la espalda.
Ojalá un mundo mejor.
Ojalá, joder.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Entre Julietas de bar y Dulcineas de esquina.


Si nos queremos, si nos hacemos reír, si no borro nada que nos concierna a los dos porque voy a seguir teniéndolo grabado a fuego, si hemos escrito nuestra leyenda con sólo mirarnos, si tenía más claro un futuro contigo que un presente conmigo..
Mil veces me he preguntado por qué no volvemos, y otras tantas me he respondido que no íbamos a castigar al corazón, que ya hay suficientes Julietas de bar cuyo balcón es el de sus labios a la bebida, y Dulcineas de esquina que aceptan ser el paseo de cualquiera sin que nadie se enfrente a sus pesadillas por ellas. 
Me he preguntado por qué no volvemos y me costó admitir que era porque querernos no era suficiente, y merecíamos algo más que un 'progresa adecuadamente', que podíamos hacerlo mejor, pero con otros.
Que no volvemos porque cuando conseguimos reconstruir el corazón, y sabes que eso es algo que costó mucho, nos dimos cuenta que los latidos ya no respondían a tu nombre; porque cambiamos el odio hacia el próximo por nuestra más sincera bendición. 
Que no volvemos porque hubo un punto en que nos dimos cuenta que no éramos poco el uno para el otro, que nos merecíamos con creces -a veces-, pero al encontrarnos después de tanto tiempo caímos en la cuenta de que ya no éramos lo que buscábamos.
No volvemos porque yo no supe escuchar lo que susurraban las cuerdas de tu guitarra ni tu leer entre las líneas la señal de socorro.
Que no volvemos porque queremos ser felices.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Fui, soy, seré.

Soy lo que soy por lo idiota que he sido.

- A veces abro la boca y sólo sé hablar de ti.

-No voy a hablar de ti las veinticuatro horas, no pienso quedarme sin temas de conversación y recurrir siempre a ti.

-No voy a discutir por un escote, así que prefiero no ponérmelo.

-Hoy me veo más guapa con esto, y no me importa cuánto enseño o dejo de hacerlo.

- No volverás a querer a nadie y nadie volverá a quererte a ti.

-Sé que puedo querer a otra persona pero ahora te quiero a ti, y si no eres tú será otro, pero la vida no acaba y empieza contigo.

- Es normal que esté celoso, soy demasiado cariñosa.

- Soy como soy, y si estoy contigo es porque te quiero no por ningún tipo de gilipollez. Tengo amigas, tengo amigos, y no pienso alejarme un pelo de ninguno de ellos.

- Estaré pendiente de él, he salido y sé que se preocupa.

- Dime que me lo pase bien, que yo haré lo mismo contigo.

- Le tendré siempre a mi lado, y puedo entender que no le guste todo lo que quiero.

- No me cortes las alas porque tengas miedo de que eche a volar, apoya mis sueños aunque no sean los mismos que los tuyos, quiéreme lejos si ahí pertenezco que ya buscaremos el modo de borrar todos los metros.

- No puedo ser feliz sin ti.

- Quiero ser feliz, y quiero serlo a tu lado, pero soy independiente, soy fuerte y segura, y no hay nada que tenga más claro que puedo preferir la felicidad contigo pero no vas a arrebatármelo todo si te vas de mi lado.

- No sé si puedo quedar ese día, tengo que hablar con él.

-Mi vida no se resume a tus decisiones y a tus huecos libres, quiero verte, y quiero verme sola a mi, y pasar todo el tiempo que quiera con la gente que quiero.

-Es un gilipollas.

-Podemos hacernos muchas cosas, pero no voy a faltarte el respeto, y no pienso dejar que me lo faltes a mi, valemos más que todo eso.

-Entiendo que no se haya fijado en mí.

- Soy romántica hasta la médula, pero no del modo de que vayas a ser la última persona a la que hable por whatsapp todas las noches, ni de ponerte te quiero en todas las redes sociales, ni de decirte que eres lo más importante en mi vida y que todo lo demás da igual, porque todo lo demás me importa pero te abro mi vida a ti, y tengo mucho que ofrecer. Mi seguridad no va a depender de cuánto te guste, sino de cuánto me guste a mí, y la confianza primero la tengo en mí, para poder tenerla en ti después. Que odio las gilipolleces pero si me haces sentir libertad y amor, te escribiré cartas y te escucharé hablar sobre cualquier cosa si eso te importa, pero no te pienso regalar las razones si no considero que las tengas. No seré tu sombra, ni hablaré contigo las veinticuatro horas, ni tendrás explicaciones de qué hago a cada momento. Seré una pesada de narices como algo me ilusione te lo aseguro, pero ilusióname. Pienso hablar de arte, contarte mis problemas un mes después por mi estúpida manía de tratar de enfrentarme al mundo sola hasta el momento en que me pese demasiado, cantar en las películas aunque te moleste; y pasaré de reír a ser seca de cojones porque no sé mantenerme en un mismo punto demasiado tiempo. Seré sincera, y odio más las verdades a medias que las mentiras pero ambas me alejarán de mi y de ti. No sé, pienso vivir feliz, contigo o sin ti.







sábado, 21 de noviembre de 2015

Creciendo

Cambia tu mirada de compasión por un sentimiento de admiración, no funciono por pena sino por superación, mi ambición se guía por el corazón y en ese momento lo hago todo por amor.
No funciono como el resto, a veces mi melodía puede quebrarte más que los males que dejó escapar Pandora, pero si me rozas con suavidad creerás ver en mis ojos un piano que nadie aprendió a tocar.
Admiro más de lo que odio y aún así a veces me enveneno si me muerdo, y te olvido si tratas de que yo lo haga con quien quiero o quieres que abandone los instintos por los que me guío, los precipicios que tomo por principios.
Yo tampoco entiendo por qué me caigo más veces de las que salto, pero nunca supe estarme quieta, siempre he sido ese culo inquieto.
Creo que tanto las personas como los libros están mejor cuidados cuanto más los hayas subrayado, cuanto más hayas señalado las partes favoritas; dejando una portada intacta para leerle hasta las costillas que cien mil veces has observado.
No me gusta hablar de mí más veces de las que te escucho decirme que me quieres, aunque yo ya lo sepa. Pero aquí estoy, otra vez, hablando de mí para olvidarme de que ya no recuerdo cuándo fue la última vez que sin preguntarte me dijiste 'te quiero', porque yo te quiero a ti.

domingo, 8 de noviembre de 2015

7N

Que no haya mentiras que cubran que la verdad es que tiembla de miedo,
que no tenga que maquillar ningún moratón, 
que las garras de su gilipollez no arrasen con su mente,
que no haya que comparar cifras con el año anterior,
que a nadie se le ocurra creer que merece ese golpe o esa humillación, 
que no finjan que esa conducta la guía un corazón, que eso no es amor, ni vida, ni tiene perdón.

"Que esas cosas pasan" es algo que no debería pasar.
Que no se puede justificar.
NI UNA MUJER MENOS, NI UNA MUERTE MÁS.




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Nightmare

Hoy es el primer día que he visto a una mujer mirándome desde el espejo.
Creo que no es que la vida no fuese lo que esperábamos, es que es exactamente lo que temíamos.

sábado, 31 de octubre de 2015

S

Y SilviaPicapedrera quería discutir, con rabia, escupiendo latidos como si nada.
SilviaCorazóndepiedra no iba a escuchar, tenía suficiente con oír el desgarrador llanto de su alma.

sábado, 24 de octubre de 2015

Preguntarse por qué no me da respuesta

Por qué tú no la misma suerte,
si yo me pregunto a cuántos ciegos hubieses deslumbrado tu luz.
Un abrazo,
una casa llena, 
una sonrisa a reventar
de felicidad,
por ti. 
Sólo déjame soñarte al menos,
que el mundo hoy podría ser un poco menos feo,
un poco más de tu color, 
y con mucha más vida.
Cuántas oraciones tengo que rezar para que sea mi dolor el que descanse en paz,
cuántas veces tengo que fingir que te miro para poder verte,
cuántas veces seguiré esperando un nunca
que me joderá siempre.
Y te quiero
Y haría que me creciesen flores de las muñecas 
para tenerlas siempre a mano,
para ti.
Y ataría nudos a mis costillas y a mi pecho
para que se quede ahí
porque el corazón late una vez más por ti
y sin ti,
y te querré
a ti
sin ti
conmigo
y por ti 

s
i
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m
p
r
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lunes, 19 de octubre de 2015

Y ella, era yo; y el mundo, eras tú.

Y ella creía que el mundo debía estar cantando
porque se levantaba con unas ganas locas de bailar,
locas como las ganas de tenerte.
Estaba convencida de que hacía sol
porque todo iba a girar hoy
al ritmo de sus sonrisas.
Y parecería jodidamente guapa aquella mañana,
porque el sol iba a ser suficiente maquillaje para cubrir todas las imperfecciones de su vida,
así,
con la suavidad de una caricia.

martes, 13 de octubre de 2015

EME

Y te lo digo hoy, igual que podría contártelo cualquier día, pero es que el 14 de octubre me parece aún más bonito verte sonreír. 
Así que felices 19, caraculo. 

Eres la única persona que consentí que me mintiera
cuando me respondiste sí al preguntarte por tu felicidad,
mientras que sabía que estaba dormida
- nada me hace más feliz que saber que ahora sí está en ti-.
Para quien guardo dos perdones,
y un sinfín de 'gracias'
que me parecen insultos a todo lo que haces.
Te he visto maquillarte con humor
los moratones que te estaba dejando la vida,
y acabar siendo el humor tu medicina;
pero, sin lugar a dudas,
eres lo más bonito cuando te maquillas por ti.
Que siempre has tenido razón al decir que la vida es maravillosa,
hasta cuando no lo decías convencida.
Te he visto deshecha
y reconstruirte con una fuerza más que admirable,
me has visto deshecha
y siempre has sabido como salvarme.
Has sido trampolín a mis sueños,
y has desmontado mis pesadillas.
Sigue,
por favor,
siempre sigue tratando de despertar conciencia al mundo,
y repartiendo tu corazón por la causa más justa.
Eres vida,
hermana
y amiga.

 PD: desde la primera hasta la última arruguita.

jueves, 1 de octubre de 2015

Esta vez fue mejor no ver.

Si supieses cuántas veces he llorado antes de comprar flores.
Si supieses la de velas que he encendido porque me faltaba tu luz.
Si supieses el eco que ha retumbado en estas paredes cuando no era más que una caja vacía.
Si supieses la de veces que he temblado antes de acostumbrarme a este frío.
Si supieses cuántos abrazos he dado buscando tu calor.
Si supieses la de estrellas que he observado tratando de mirarte.
Si supieses cuántas veces sonreí antes de que pudiese ser cierto.
Si supieses que inventé historias preciosas que ahora son las más tristes que he escrito.
Si supieses que preferiría cualquier mentira a tu realidad.
Si supieses la de veces que me he mentido por salvarme.
Si supieses la envidia que he sentido, la rabia que me ha cegado.
Si supieses todo lo que supe antes si quiera de tener que conocer nada.
Si supieses que lo único que deseo es que nada te duela y aún así estoy escribiendo esto.
Si supiesen.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Y

Y qué pasa si te enamoras de mi tristeza. Y si te acojonas ante lo bonita que te parece mi libertad y mi independencia y no sientes la necesidad de encadenarme. Y qué te parece reírte a carcajadas de mis agobios, y bautizas con un nombre bonito a mis inseguridades. 
Y qué pasa si me llamas "mi loquesea" pero jamás te sientes mi dueño. Y si tu risa causa eco en mis heridas, y olvido que sangraban. Y qué te parece creer que hago magia y no tratar de averiguar jamás el truco. 
Y qué pasa si le coges el gusto a aburrite conmigo. Y si nunca nos aburrimos. Y qué te parece si me enseñas otro modo de vivir.
Y qué pasa si me rompes la rutina. Y si me inspiras. Y qué te parece si nos reímos de todos los enamorados de Madrid, sin darnos cuenta de que llevamos horas dados de la mano.
Rompe mis límites si me encuentras.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Eres siempre tú

A veces me gusta imaginar que nada habría cambiado, que ayer nos hubiésemos ido a celebrar otro año más cumplido por el que no sonreirías de manera especial hasta que no nos invitases a algo para celebrarlo, contigo, siempre contigo. 
Imagino tus ojos más cansados y tu sonrisa con más arrugas. De intentarlo. 
De vez en cuando llego más lejos, y me imagino cómo me sonreirías ahora que soy como soy, ahora que he despertado. 
No sé como explicarte que la niña llorica quedó atrás -aunque sigo sin saber pronunciarme sobre el dolor sin llorar-, o que mis manos ahora están frías desde que tú no me das las tuyas. 
Ando con demasiadas pestañas y pocos sueños -una de las putadas de estos cuatro años es que me he dado cuenta que el cielo no se puede pedir-.
Supongo que ahora te escribo lo que no te sabía decir, lo que trataba de contarla a ella en todos y cada uno de mis diarios.
Sigo siendo un libro abierto, solo que he aprendido a esconder entre los renglones algunas historias que no tienen por qué ser reveladas.
Me sigue gustando la leche fría hasta en invierno pero nunca le echo azúcar, si te soy sincera solo me la tomaba cuando la echabas tú. 
Sigo hablando hasta debajo del agua, no me callo mi opinión y pierdo el hilo de mis propios monólogos.
Aún miro el jardín sintiendo que falta algo, y conspiro conmigo misma para recordar las recetas que me enseñabas, pero no aprendí. 
Echo en falta que a alguien se le llene la boca de mí porque inundaba su corazón.
Lo que hubiese dado porque lo hubieses deseado, porque fueses tú quien pidiese que te dijese lo mucho que te quiero, y no ser yo la que lo pida ahora.

¿Sabes? A veces nos divierte pensar cómo te pondrías y como nos mandarías callar si nos escuchases hablar de vez en cuando, como aquel día que fui al salón a contarte un chiste verde que ni entendía. Sigues haciéndome sonreír desde la montaña.

Supongo que te lo cuento porque la esperanza es lo último que se pierde, porque desearía pensar que te cuento algo que ya sabes.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

SOY

Soy del color de mis raíces, 
una musa de bolsillo
con el anhelo de que traten de verme en edición coleccionista.

No soy lo que me dicen por mis cumpleaños,
ni lo que trata de grabarme en la espalda tu dedo acusador.

Soy las cenizas de lo que nunca he sido pero debí ser,
el paso de los años 
que me van dando forma de caos.

No soy juez, 
pero siempre quise ser parte
de los pecados de los que confesarte
culpable,
pero no arrepentido.

Soy una mujer,
con risa de niña,
nervios de niña,
de sueños adultos
y de miedos ancianos.

No soy el pétalo que te revienta el corazón con el sonido de un 
'no te quiere'
Soy el tallo de esa flor,
que sujetaban tus manos repitiendo que no tenían nada,
¿Nada?

Soy un intento de lo que quiero ser,
la voz que un día dejará de gritar,
y ahí será cuando empezarás a oírme.

No soy la que dispara
y, aún así, 
la pólvora siempre acaba manchándome las manos
mientras tú tratas de disimular la pistola entre las tuyas.

Soy una armadura efímera,
un muro endeble,
y es que sigo hablando de amor con mi mayor enemigo 
porque no soy capaz de declararle la guerra.

No soy la que busca un príncipe,
yo busco al dragón.


domingo, 6 de septiembre de 2015

Te lo prometo

Yo te lo prometo,
prometo ser el sonido molesto
en los días en los que el silencio duele.
Prometo gritar sin voz
cuando no sepas si quieres hablar
o simplemente tenerme a tu lado.
Prometo soltarme el pelo
y los complejos
cada vez que lo propio sea teñirse del color del amanecer.
Prometo fidelidad a mi palabra
y palabra a mi felicidad 
cuando los espejos reflejen el eco de tu risa.
Prometo echarle un serio a mis fantasmas,
y poner una bombilla en el armario
para que los monstruos no quieran salir a robar tu luz.
Te lo prometo.
Me lo prometo.

lunes, 10 de agosto de 2015

No hay caso abierto.

Ahora
Ahora es cuando doy gracias al dolor y me quedo corta, a la libertad que engañábamos tapándola los ojos y encerrándola en el armario, quitándole ese espacio a nuestros monstruos. Que corrían, que escapaban y se acababan posando en nuestros labios. Y aún con furia nos besábamos tratando de fingir que se quedaban húmedos de libertad, y era de nuestro dolor.


Ahora
Ahora es cuando Felicidad sale de los bolsillos que creímos vacíos y vuelve a jugar con nuestras miradas y bailar con nuestras sonrisas. A enseñarnos que el vaso está vacío pero podemos pedirle otra copa al camarero, y su número ya que nos ponemos. Vuelve a parecer que algún día tendremos la posibilidad de tener arruguitas en la comisura de los labios de desgastarlos con Complicidad bailando sola, o acompañada, como guste.


Ahora
Ahora es cuando creemos que el pasado se puede cerrar, ya no hay caso abierto, ya no hay ceniza en la que el fuego pueda volver a jugar, ya no hay futuro que queramos juntar, no hay miradas atrás, sino decisión en línea recta, aunque haremos excepciones con las curvas de alguna espalda sobre la que pueda uno sentirse trapecista, con la única seguridad de que ya no importa que pasará al caer, pues he aprendido a acomodarme en el suelo, desde que descubrí que es mi punto favorito para ver las estrellas.


Ahora
Ahora por fin abandonamos las estaciones de tren, el odio a las despedidas y el vértigo que nos producían las bienvenidas, la necesidad de mezclar el agua con aceite. Perdimos el pánico a que no lloviesen pianos, a que no viniesen a rescatarnos. Y descubrí que no hay nada como respirar por separado.


Cerrado, precintado y guardado.

martes, 30 de junio de 2015

Mi herida

Llevaba 14 años observando con mudo respeto ese salón que me parecía el museo de su vida. La puerta cerrada tras la que estaban los sillones de cuero contra las paredes blancas de gotelé y los muebles de madera acristalados a modo de vitrina que revelaban destellos de una vida que no era lo que fue.
La luz que entraba por el ventanal del fondo hacía parecer que estaba fuera de su casa, más oscura en el resto de las pequeñas habitaciones. Y, en cambio, la grande estaba reservada para esto, para el recuerdo, para el enaltecimiento de lo que pasó, para recordarse lo que ya no pasa, para contar en silencio la historia de lo expuesto, pero que nadie entiende. De un arte que aún nadie ha estudiado, de una forma de mirar que aún nadie comprende, de un amor sobre el que no se ha escrito suficiente. 
Y así el eco de mis recuerdos crecía por los armarios, y la angustia era palpable en aquel salón, hasta que lo llenó dejándome a mí fuera de esa sala de exposición, perdida en una salida que era la entrada de mi dolor, pero no seguí esa puerta, caminé aparentemente perdida pero con la seguridad en los pies de quien ha crecido entre esas paredes en las que ahora apoyaba las manos, sintiendo que iba a caer si no lo hacía. Y abrí la primera puerta de la derecha, me dirigí a la ventana y subí las persianas, el polvo nublaba la visión de lo que se encontraba más allá, pero yo sabía lo era, era el césped con su ausencia, el calor sin su sombra, era la cuestión con la única solución perdida, era la vida apagada, mi herida.

jueves, 18 de junio de 2015

Sería por tus formas de llegar o por mis miedos de transporte; o por el hecho de que a sabiendas de que coser poesía en mi costado iba a doler yo siempre tenía a mano una aguja, o un imperdible que prometía que dejaríamos constancia de cualquier tontería. Así acabé llena de heridas, pero siempre dispuesta a hacerme otra encima.
Hasta ahora,
 que las heridas cicatrizan, que de aquel fuego no quedan cenizas.

sábado, 30 de mayo de 2015

Hoy vamos a apostar.

"Un día seremos grandes" sentenció, y me miró de reojo con esa media sonrisa que me hacía confirmar que lo seríamos, echando el humo de su cigarrillo por la nariz.
Y en ese instante vi en el humo nuestro futuro, caótico e impreciso, por encima de todos esos hombres vestidos de traje, nosotros realmente vivíamos así, perdidos en esa azotea de Madrid. Y sólo por rozarle le cogí el piti y haciendo amago de tirarlo lo miré, él me conocía y sabía que no lo iba a hacer pero sólo quería dejar claro que era yo quien merecía consumirme un rato en sus labios.
- Si queremos serlo no deberías matarte, ¿no crees?
Y se mordió el labio mirándome canalla y divertido, como mira él, y según se acercó a mí, cogiendome con una mano de la cintura y mirándome fijamente me atrajo hacia él. A mí no me hacia falta más futuro, éramos jodidamente grandes así.
Y según me fue a besar le devolví su cigarro, se lo coloque en los labios y reí. Reí. Aún recuerdo cuando ingenua creí que no volvería a hacerlo así, a reír y a escuchar a alguien reír conmigo, a mirar a los ojos de alguien mientras lloraba de felicidad.
Era plena, y a la mierda si se supone que debería de haber deseado siempre ser princesa o debía haber dedicado mi vida a castigarme por no estar tan buena, porque yo nunca vi a Barbie tan contenta, porque no era la tía con las piernas más bonitas, pero en ese momento era la que se reía, la que sentía elefantes en la tripa porque hacia tiempo que las mariposas se quedaron en poca cosa.
No se molestó en darle una calada más y lo tiró al suelo, lo apagó y volvió a mi lado.
Me cogió la cara entre sus manos, y nos quedamos ahí, mirándonos a los ojos, parados, éramos el tonto y la tonta que buscaban respectivamente en los ojos del otro las respuestas a la vida, que nos mirábamos con la curiosidad y la intriga de qué dirá la bola de cristal, y así esperaba leer yo y mis precipicios en su mirada los siguientes acontecimientos; mientras él y sus miedos buscaban en la mía si las cartas nos permitirían seguir jugando la partida, aunque ya no nos preocupaba hacer trampas en esta ronda, no íbamos a abandonar esta partida, hoy veníamos dispuestos a apostar.
Hoy sabíamos que ya habíamos ganado.

sábado, 9 de mayo de 2015

Te diré

Puestos a ser sinceros te diré que no sé si es la fuerza de tus convicciones o la de tu armadura la que me ha hecho seguir en pie toda la vida. La fuerza que me transmitías al darme la mano y hacerme sentir segura. La fuerza que espero devolverte a día de hoy en cada abrazo.
Puestos a ser sinceros te diré que no sé como podemos ser tan extremadamente distintas y tener corazones tan similares. Entre mis escasas teorías puede que destaque la que llamaré 'la teoría de las grietas', y es tan simple y sufrida como que contamos prácticamente con las mismas; y a partir de ahí cada una se quedó a un lado de la brecha, pero nunca llegamos a soltarnos: avanzamos pero nos mantenemos unidas. 
Puestos a ser sinceros te diré que odio decir adiós, que no sé actuar en una despedida, así que simplemente te cuento que para ti jamás tendré una, que no te diré adiós en toda mi vida. 
Puestos a ser sinceros te diré que en ti he encontrado el único extremo en esta vida con el que estoy de acuerdo, y es que tu fidelidad con lo que piensas y sientes es admirable, como el hecho de que consigas que corazón y razón se den la mano y descansen. 
Puestos a ser sinceros te diré que eres quien me ha enseñado a valorar mi vida sin que lo sepas, a pesar de que lleves tantos años timándome con todas las chuches que me debes has permitido hacerla algo más dulce. 
Puestos a ser sinceros te diré que pienso seguir siendo la hermana pequeña y pesada que he sido desde que insistía en vestirme como tú, la que te decía mientras jugábamos '¿vale que tú dices?' porque mi mente ya tenía montada una triste historia romántica como esas que ahora sueles ver conmigo, la que se dejaba cuidar.
Puestos a ser sinceros te diré que ahora no estoy detrás de la muralla, que ahora estoy en pie, a tu lado, para defender que tu sonrisa es el mejor regalo.



Puestos a ser sinceros te diré que eres lo que más quiero. 

viernes, 1 de mayo de 2015

Supongo.

Hablar de ti me es más fácil que hacerlo de mí,
supongo,
por eso llevo meses culpándote por no estar,
mientras yo llevo el mismo tiempo ignorándome.
Hablar de ti me es más fácil que hablar conmigo,
que darme cuenta que he teñido mis pestañas de excusas,
y voy con la palabra siempre lista para atacar.
Hablar de ti hace que no me tenga que sincerar conmigo,
poder olvidarme de mí.
Hablar de ti significaba tener un motivo fijo para reír,
y un ayudante para mis lágrimas.
Significaba mantener al corazón y a la razón peleados,
y asistir cada día al combate de gilipolleces que piensa un enamorado ganando a las probabilidades de fracaso que dejaba siempre en mi puerta una razón que la tenía.

domingo, 19 de abril de 2015

No tengo un único título para ti.

Ella hoy busca con lupa la nostalgia, haciendo de detective entre las palabras sordas intercambiadas en otras primaveras; busca las pistas que den sentido al crimen, la boca que sopla su castillo de naipes, quién se para a verlo caer. Busca entre las frases las sílabas que faltan, las letras que sobran, y los sentimientos que aún quedan, que no se marchitan. 
Y yo miro a través del cristal como pide un abogado con tal de no confesar sus sentimientos, como deja de cantar porque no encuentra el tono de voz con el que antes descolgaba el teléfono, y es que cuántas sonrisas puede llegar a sacar el mismo nombre. 
Pero la miro, y la admiro, porque ella se levanta como si no cargase con mares a la espalda, y admiro el hecho de que los afluentes de su río sean los más caudalosos de lágrimas, y aún así ella nunca lleve las mejillas mojadas. Y tú, también la admirarías si te dieses cuenta de que también son los que nunca se desbordan porque ella siempre los salva.

sábado, 18 de abril de 2015

Ya no tengo límites.

Y abrí los ojos.
Ahora,
si te atreves,
mírame tú.
Observa cómo camino,
torpe pero firme,
insegura pero decidida.
Fíjate en cómo sonrío,
en que por fin lo hago,
en que no tengo los ojos tan claros
que no los baño tanto.
Obsérvame un momento,
mira como finjo,
pero ahora sólo engaño al resto.
Date cuenta que por fin me fío,
de mí,
y de que puedo hacerme feliz.
Me quiero cortar el pelo,
pero sigo teniendo pánico a los cambios;
el corazón sigue un tanto malgastado,
de vez en cuando lo mimo,
por lo menos ya no tiene más arañazos.
Cuando sonrío sigo sintiéndome pequeña,
y ahora sé que alguien me cubre la espalda
sin necesidad de tocarla.
Cada vez que respiro siento que quiero más,
me he dado una oportunidad,
y estoy empezando a conocerme
a quererme
un poco más de lo que alguien lo hizo.
Me he fijado metas
mucho más lejanas que mis horizontes
pero ya no tengo límites
porque tengo una vida entera para soñar
y alcanzarlos.




domingo, 12 de abril de 2015

Volver siempre es otra forma de ir(me)

Y vuelvo a pensar
en tus idas y venidas,
en mis noches desmedidas.

Y vuelvo a dar cancha a la nostalgia,
a reírme sin gracia,
a recordar tu olor.

Vuelvo a los sueños mojados
 en café,
al frío de tu ausencia,
a dejar que tus constantes
vuelvan a ser vitales para mí.

Vuelvo a creer que tus mentiras
son una bonita manera de morir,
pero sólo cuando no estás;
cuando obvio el hecho
de que las cosas no van a cambiar.

Vuelvo a imaginar que no eres tú,
que eras la ilusión
que yo había creado para ti;
que eras adecuado,
que  no estábamos tan
tan
tan
equivocados.

miércoles, 8 de abril de 2015

"Amor"

Ese momento en el que te escaqueas de limpiar todo lo que has ensuciado y esperas que el desastre lo arregle otro.
Así,
pero con el amor.

jueves, 19 de marzo de 2015

Mis estrellas.

Y me preguntó que por qué creía en el cielo. Yo no podía continuar siendo Corazóndepiedra ante esa pregunta, respiré, desarmada. Me tomé unos segundos,  levanté la cabeza y clavé mis ojos en él, me sentía dentro suyo, y cabíamos bien. Volví a fijar mi mirada al suelo, y contesté.
- No sé si conoces lo que es perder, lo que es que te arrebaten una parte de tu ser, que te dejen el corazón tiritando - me recorrió el mismo escalofrío de siempre-. Creo en el cielo porque no puedo creer que porque su corazón no funcione, el resto de una persona, de ellas, desaparezca. No puedo aceptar que la vida viene y cuando llega a un punto le da el testimonio a la muerte, y ésta corre su relevo, llevándoselo todo consigo. Puedes pensar que es una manera estúpida de no aceptar que cuando el corazón dejó de bombear sangre, ella desapareció; pero yo creo que ellas viven mucho más allá que sólo en mi, que pueden ver lo que yo veo, que me cuidan  -me encontraba como tantas otras veces acariciándome sola las manos-, no sé, siempre creí que las mejores personas, cuando se iban, se convertían en estrellas, y por eso creo en el cielo, que las deja marchar durante el día para que caminen a mi lado, y que cuando anochece las arropa como ellas hacen conmigo.
Me miró perplejo, estaba convencida de que le había asustado, de que si pudiese huiría. Continuamos callados, mirándonos, hasta que levantó la cabeza clavando los ojos en la noche, no me había dado ni cuenta de que se nos había hecho tan tarde hablando. Por un momento sentí que podía ver el cielo tal y como yo se lo había explicado, que podía ver mi cielo.
Y así pasamos minutos observando, suena estúpido pero ni un sólo segundo se me hizo pesado, sino que cada uno me daba más paz. Sabía que no le había asustado, que le había dado un trocito de mí para que viese a través de mis ojos, y cuanto más tiempo pasaba más sentía que mi perspectiva le gustaba.
Fue entonces cuando dejó de ser mi mano izquierda la que acariciaba a mi derecha, y empezaron a ser las suyas. Sus dedos dibujaban en las palmas de mis manos poesía, y yo no podía sentirme más liberada. Era incapaz de moverme, de dejar de mirar a las estrellas, y jugármela a que sus manos frenasen al cruzar nuestras miradas porque notase que yo ya estaba enamorada.
+A la luz de las estrellas pareces más tuya.
Le miré, ya daba igual que me descubriera, puede que ni siquiera se diese cuenta. Pero a la mierda.  Y qué,
que lo hiciera,
 porque ante esa frase yo no tenía otra respuesta.
Y tirité, como sólo tirito cuando estoy nerviosa, y me sonrió -como luego descubrí que sólo sabe sonreírme a mí, con una comisura levemente más alta que la otra y con los ojos pintados de esperanza. Cesó por un momento el movimiento de sus dedos sobre mis manos, y las agarró, con la seguridad de que en ese momento no éramos infinitos pero estábamos bien, y me atrajo hacia él. No pude evitar cerrar los ojos cuando me colocó el pelo detrás de la oreja.

Ahora sonreíamos los dos, y cuando le besé, estoy convencida de que sonrieron las estrellas.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Esta será la última.

Hoy como una niña me asomo al pozo de los sueños cumplidos, pero caídos en batalla. Como una niña pequeña temblando y de puntillas pongo banda sonora a mi alicaído corazón. Me mentí la anterior vez que me dije que no te volvería a escribir, pero ésta vez sólo lo hago para preguntarte por qué no vas forrado con un papel que diga, como en los cigarillos, 'fumarme también mata', hubiésemos hecho pleno respondiendo a mis grietas, y hubiéramos ahorrado muchísimo en papeleo: ni tantas cartas empapadas, ni tantos textos de despedida, ni tantos intentos de poesía. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Querer(te)

Querer no es poder vivir sin ti
es preferir que me abandones
antes de que puedas sentir una puñalada
en cualquier mínima parte de tu ser.
Es vivir muda,
antes de que mi voz pueda hacerte daño,
callar antes de que la realidad
te reviente los sesos,
ver las películas que te gustan
aunque signifique pasarme dos horas
viendo sangre y escuchando tiroteos,
porque escojo eso
antes que escuchar el portazo
a mi corazón.
Es perdonar el que puedas obviar mis lágrimas
sólo por no ser causante jamás de las tuyas,
fingir que no estamos en guerra
y declararte la paz
mientras yo llevo clavadas las balas.
Es sonreír
y abrazarte
aunque ya no tengas ni puta idea de qué es querer.
Aprender a bailar sola,
la canción que me enseñaste tú;
rogar a la muerte que esta noche no venga a buscarme,
para que no mueras tú.

domingo, 22 de febrero de 2015

El lastre de tu risa.

"Sastre de sonrisas"- Rayden 
Me gustaría haber sido tu "sastre de sonrisas", pero no fui más que el lastre que siempre pesaba a tu risa. Era el anzuelo que sin quererlo tenía de cebo a tu corazón, la mano que lanzaba el dardo mientras miraba a otro lado y daba de lleno en el blanco de tu mente, en blanco tras no saber qué pensar, tras no querer hacerlo. Comenzamos a bajarnos las pulsaciones de nuestras risas, a impedir que aumentasen bajo tus camisas. Me permitiste ser la sastre de tu vida, pero yo no supe más que pincharme con cada aguja; ejercer de enfermera curándote con saliva cada herida. Pero yo, yo que soy arquitecta de catástrofes y diseñadora de tempestades, no puedo más que sonreír a las adversidades.

sábado, 14 de febrero de 2015

14 de febrero.

He leído tus cartas el catorce de febrero, porque siento que hoy tengo la excusa perfecta para ello sin sentirme tan loca o tan masocamente gilipollas. Y es que a veces te eché tanto de menos que no tuve ganas de amar a nadie, sino de volver a amarte a ti; otras simplemente te echo de menos. Pero luego se me pasa y vuelvo a creer que el amor puede ser otra cosa. A veces creo que eras el único capaz de moldear las palabras para que tuviesen la forma del vacío de mi corazón. Eras el calor en cualquier estación del año, y de tren, cualquier camino que tuviese que recorrer. Eras la calma que aliviaba todas mis tormentas, un impulso cuando me sentía lejos de tocar el cielo y el ancla que me recordaba que bajo mis pies, aunque todo temblase, siempre había tierra firme. Eras como un puzzle de mil piezas y yo me sentía esa puta única pieza que faltaba, y que encajaba a la perfección, a la altura de tu pecho, rodeada por tus brazos en todos mis puntos cardinales. No sé, hasta cuando fuiste un capullo me hiciste sentir mariposa. A saber cómo lo hacías, pero bueno, hay cosas que es mejor no conocer.

martes, 10 de febrero de 2015

La tensión de dos miradas es un cristal intacto.

Se rascó la herida, demasiado fuerte y durante demasiado tiempo, hasta que sangró. No había señal ninguna de dolor en el rostro, hasta que la sangre no dejó de salir levemente a lo largo de dos minutos; no fue hasta ese momento cuando mostró dolor. Una lágrima que huyó estrepitosamente, con nombre de mujer, rodando por su mejilla, con tan mal final que acabó en sus labios. Esa fue suficiente señal para que en apenas segundos se repitiese el mismo procedimiento, distintas lágrimas, un mismo nombre. La herida podría escocer, pero a él lo único que le escocía era el alma; el hecho de que ella le apartaba la mano de la manera menos cariñosa del mundo cada vez que se rascaba las heridas, recordar que ella no dejaba que sangrase más de dos segundos porque ya la tapaba con cualquier pañuelo o servilleta, llegó a intentar parar su sangre con su suéter una vez.
Él levantó la cabeza y vio como un niño le miraba con ojos curiosos, no sabía leer en su mirada si lo que destacaba era la curiosidad o el notable desagrado que su sangre le producía, pero no la apartaba, todo lo contrario, la mantenía mientras él le miraba. Creía que ya nadie sabía aguantar la tensión que produce mirarte con alguien durante más de cinco segundos, y es que no sabía en qué momento entre que nacemos y llegamos a la edad del pavo perdemos ese don. Pero curiosamente ella lo tenía, y si al mirarse dos personas hubiese un cristal sujeto por esa tensión ellos no lo habrían roto hasta el último día.
Es curioso como, después de tanto tiempo tratando de evitar que sangrase, ella le causó la peor herida que él había tenido, y, ésa, no derrama ni una gota.

martes, 3 de febrero de 2015

Por ti.

Creo que tus manos estaban arrugadas
porque tu corazón ya tenía demasiadas estrías.
Que tus ojos se nublaron 
por todas las tormentas contra las que luchaste
y las pocas gotas que dejaste que cayesen 
para los mares que podrías haber llenado.
Creo que echabas de menos
como nadie jamás lo ha hecho,
y que yo lo hago ahora
más que nadie.
Creo que tu sonrisa
me daba esperanza
y que tus palabras 
eran el camino que se abría bajo mis pies.
Creo que tu corazón debía estar desbordado;
cómo alguien podía entregarse tanto
a pesar de haber sufrido más,
y sé que no te gustaría que dijese esas cosas subidas de tono
a las que tus oídos 
a veces 
no se acostumbraban.
Creo que si mi vida tuviese que oler a algo
escogería que oliese a ti,
a tu casa,
a tu ropa,
a tu vida,
porque no habría nada mejor para olerme a mi.
Recuerdo verte tan guapa
tan arreglada,
y sentir que la sonrisa de la foto del armario
no era la misma que me regalabas a mí,
no me costó descubrir que me querías a morir,
y que me repitieses que darías un brazo si hiciese falta por mi,
que querías verme feliz,
que se me pondrían malos los ojitos de llorar.
Por favor,
ven,
y vuelve a decirme eso,
porque ya no encuentro motivos para no derramarme más.
Por favor,
vuelve, 
y reza conmigo,
porque es el único modo de sentir 
que mis plegarias son escuchadas 
por Él, 
para cuidarla a ella.
Por favor,
vuelve y déjame decirte lo guapa que volvías cada viernes de la peluquería,
lo bonitas que ella te dejaba las uñas,
lo guapa que estabas con esos vestidos,
con tus faldas.
Por favor,
regresa,
sé que aún no le he cogido gusto al vino,
pero debe ser porque no he tomado un barbadillo contigo,
que no lo he pedido en el bar de la esquina
y he recordado su nombre para alegría de tus oídos,
placer el mío que sería de probarlo contigo.
Enséñame a bailar otra vez en la entrada de casa,
que nunca me quedé con los pasos,
quiero aprender a hacer ganchillo 
si mis profesoras son tus manos.
Vuelve,
prometo escribirte cada día en la pizarra, 
recordarte lo que te quiero, 
y llamarte cada vez que me vaya.
Que algún día llevaré las llaves 
tan bien colgadas como tú,
llámame por equivocación
cuando querías llamarlos,
pero mientras vuelve
y deja que te coloque la silla sobre la hierba 
a la sombra,
sí, 
que sé que el sol no te sienta bien, 
y déjame sentarme a tu lado,
y repíteme todo
lo que cien mil veces me has contado.

viernes, 30 de enero de 2015

Sin cobijo.

Levantó la cabeza, y se vio sola. Se hizo un ovillo tumbada sobre el sofá, le parecía inmenso cuando no era compartido, pero tampoco quería salir a andar. Sintió frío a pesar del cálido sol que traspasaba la cristalera de la habitación, pero eso daba igual, porque ella sabía que si todo no fuese una mierda él estaría abrazándola por la espalda y estarían jugando a ver cuánto tiempo tardaban hasta que se olvidasen de contarlo. Pero ahora no hace más que contar el tiempo a contrarreloj, el tiempo que hace que nadie desea verla sonreír, el tiempo que nadie sonríe por verla reír.

domingo, 25 de enero de 2015

amARTE.

Decidí amarte
hasta que desgastásemos tanto el amor 
que sólo quedase arte.
El arte de odiar quererte
y aprender a quererme por amarte.
El arte de tus manos en la guitarra
o en mis labios,
del ritmo de mis latidos 
sintiéndose hasta en las manos.
La cordura atándose al tejado,
asfixiando todos los miedos 
y ahogando los daños.
El arte de sonreír compenetrados
de sólo saber escribir 
si lo hago sobre los añicos 
esparcidos de aquel pasado.
Formar sin querer un cuadro
de ropa en el asfalto.
El arte  de gritar con la mirada
a un volumen incapaz de alcanzar mi voz,
coser madrugadas en nuestras espaldas
y dejar cicatrices que ni soñadas. 

El arte de saber
que soy feliz sin amarte,
sin amantes.

sábado, 10 de enero de 2015

SHOW MUST GO ON

*Luces, cámara y acción.*

Se accionó mi sonrisa mientras él grababa. La vergüenza a las cámaras dejaba de existir cuándo él era el director, el productor y el protagonista. El vértigo que me producían mis complejos desaparecía por arte de magia, aunque todos sabemos que era él el que sacaba el conejo de la chistera, y el que trucaba las cartas para que mi futuro pareciese que iba a traer unos cielos claros y soleados. Era así cuando podía ver a través del objetivo tus ojos del color de las posibilidades, cuando podía caer desde el avión sin paracaídas y llegar al suelo sana y salva -o eso creía-. Así yo era feliz, me tapaba con el pelo la cara pero podías ver mi sonrisa a través de él, podía llegar el frío que yo sabía que tendría tu abrazo, daba igual que lloviese si en tus labios podía disfrutar de cualquier cosa, qué más daba que algo me fuese mal si tú tratabas de moldear mis pesadillas para que fuese una película de animación. Así, en una de las tardes en las que los miedos nos observaban temiéndonos porque ya no nos preocupaban, me miraste mientras dejábamos otro recuerdo grabado para nuestra historia, pese a la confianza seguía con la vergüenza del que ama con cada latido y me hacías reír mientras tú sonreías al verme feliz a mí, y no entendí porque había un metro de distancia entre nosotros, y por qué la cámara me enfocaba a mí cuando tú eras el protagonista de mis ojos, así fue que me acerqué hacia ti y te besé, y ya no hizo falta grabar más segundos de aquello, porque -desgraciadamente- mi memoria funciona mejor que esa cámara. 
Desgraciadamente porque después pude ver que tirarme al vacío sin paracaídas me estaba destrozando a la velocidad de la luz, que tus hombros ya no serían más consuelo que el sonido de mi teclado, que ya no sería un marcador, que lo más cerca que volvería a estar del amor sería creyendo en estúpidas historias de alguno imposible, enamorándome durante cinco segundos de alguien en el metro; desgraciadamente, porque no he vuelto a sentirme identificada con el brillo que antes tenía, no coincide mi sonrisa con la que antes usaba ni mi corazón gasta la misma talla.

*Se fundieron las luces, rompimos la cámara, se cayó el telón,
y no hubo más interacción*

martes, 6 de enero de 2015

Suficiente.

¿Has llorado alguna vez todas las sonrisas que alguien te robó? Pues yo estoy harta de humedecerme las mejillas cuando tus manos están mojadas y no de mis lágrimas. Qué derecho te crees que tienes para cortarme la respiración y que no haya placer después. Quién eres para apuñalarme mirando a otro lado, para fijar tu persona en cada fachada, para no dejarme limpiar las manchas de sangre que bañan todos mis recuerdos.
Acaso no escuchas el dolor en mis cuerdas vocales,
acaso no escuchas mi corazón a cien kilómetros de distancia pidiendo tiempo muerto,
acaso pintas encima de la realidad tu fantasía.
¿Cuándo aprendiste a ignorar mis heridas?

Que quiero respirar
ahora que me he dado cuenta que hacerlo sin ti,
no es hacerlo sola.