martes, 28 de octubre de 2014

Destrucción II.

Cuántas veces me encontré entre la perdición de nuestro amor repitiéndome que me encontraría en el mismo lugar en el que se consolidó todo, en el que empezó el caos que ordenó mi vida, en caso de que se diese la fecha y no la circunstancia. Sentía que trataría de alinear los astros con nuestras vidas; trataría de que esa esquina nos diese la oportunidad que nos habíamos robado, tomaría esa calle como la papelera de reciclaje que contiene el documento que nosotros equivocadamente tiramos a la basura, trataría de encontrar tu mirada cómplice del robo de mi aliento en esa acera esperando en un banco en que en otro momento fuimos esperados.

El problema es que no puedo pensar como antes si sigo siendo la misma pero tan sólo a cachos. Ahora sé que el pegamento que tiene un recuerdo no es tan fuerte como para arreglar un corazón hecho añicos, que el amor no se recicla porque una vez usado si se tira no puede volver a brillar como lo hacía. Que las esquinas sólo se clavan, no conceden oportunidades y menos son capaces de obrar milagros; y que vivir esperando no es vivir. Y es que sé que por mucho que nos encontrásemos entre miles de personas yo ya no sé encontrar lo mismo en mí, como para encontrar lo mismo en tus manos.

lunes, 27 de octubre de 2014

Pintando de color las sombras.

Hoy he sentido que las cosas cambian, últimamente vuelvo a cerrar los ojos para sentir el sol, y según éste me acariciaba como hace tiempo que no hacen otros. el corazón ha palpitado de nuevo, y con ese pequeño movimiento ha deshecho las telarañas, que aprendí a amar con los ojos cerrados, pero ahora prefiero tenerlos abiertos, porque los detalles son lo que lo despiertan. Y es que espero que eso signifique que habrá menos ratos en los que la luz de la amargura deje esas putas sombras que susurran un futuro demasiado oscuro como para querer si quiera pensarlo. Y es que he aprendido a pintar de color cada una de esas sombras, aunque prefiero esquivarlas, pero ahora voy armada del color de la esperanza cada vez que reflejan que lo bueno acaba, y no sabría decirte cuál es el color de su sonrisa pero con ese me pinto siempre a mí.

domingo, 26 de octubre de 2014

Demasiado complicado.

La poesía era tan fácil contigo, que ahora debe ser que escucho con el corazón con tal de darle un uso. Y es que mira si el destino es caprichoso a veces que cuando sabe que no formamos parte del mismo camino nos jode haciéndonos coincidir en la misma estación pero sentándonos en el andén contrario; así, si nos encontramos, unos minutos es todo lo que nos concede el tiempo para decidir si queremos coger un tren que siempre tomamos mientras tratamos de leernos por dentro, sólo que ya no hablamos el idioma que era nuestro. Como cambia todo cuando ya nadie corre para abrazarte por la espalda, te imagina sin bragas o se olvida del mundo al escuchar tus palabras; como cambia todo cuando te das cuenta de que las poesías no hablan de personas como yo, ni dedican canciones a chicas que se rayan más de lo que rayan a otros, a una chica que no deja sin respiración y que  a veces no se acuerda de que se tiene que levantar, y continuar.

martes, 21 de octubre de 2014

En obras.

Tiempo muerto. 
Es lógico que no sepa hacia dónde caminar si no sé dónde quiero estar, porque ya no tengo sueños. No he perdido las alas porque nunca las he tenido -no vine con todos los detalles de fábrica-, pero si he perdido las ganas de volar, si al saltar al vacío siempre encuentro el mismo suelo. Pero yo sólo pido tiempo, que es normal no tener miedo cuando estás cansado de temblar, no fingir cuando se me da tan mal actuar, no dejarme llevar cuando el viento ya no me susurra al oído secretos que no deberían ser oídos. Y es normal que no me importe el frío, porque realmente lo que me preocupa es que carezco de abrigo. No he vuelto a vivir las cuatro estaciones en apenas segundos, ni he compartido camerino con tus instintos. Que hace tiempo que no me acuno en tu sonrisa, ni me detengo a pasear en tus latidos. 
Así que sólo anuncio que estoy en obras, en mis obras, que aprenderé a curarme y repararme sola -aunque agradezco sus abrazos sin necesidad de tacto a todas horas.-.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Ese o ese.

Ya no lloro cuando veo películas asquerosamente románticas.
Puse a la felicidad un listón muy alto, y ahora mi corazón no llega ni de puntillas.

lunes, 13 de octubre de 2014

Destrucción I.

Y me recorre la angustia, y no sé si trata de echar una carrera contra mi felicidad o mi paciencia; sólo sé que la espera llega tarde, que no soy capaz de concentrarme, que necesito aparcar el corazón en doble fila un par de días. Y es que puede que ni yo lo entienda, pero necesito un reloj que no me marque las horas, una brújula que no señale el norte pero me indique qué sentido tiene mi vida, un bolígrafo que escupa palabras y talle versos sin chuparme la sangre para usarla como tinta. Necesito que desaparezca de mí este nerviosismo, que se me vaya la idea de mi cabeza de que me caía mejor cuando no me conocía. Necesito perder mis manías, para saber retomarlas en el momento justo. Necesito ver unos ojos comprometidos, una sonrisa conmovida, una persona que prueba por primera vez la empatía. Y es que tan sólo quiero que éste grito sordo no llegue a los oídos pero raspe un poquito ese interior. Perdí las constantes de mi vida y mi ecuación ya no da el resultado esperado, por lo general ni siquiera se molesta en dar ninguno, y es por eso que respiro esperando que la próxima vez que lo haga el aire sea menos sucio a pesar de ser más compartido.

sábado, 11 de octubre de 2014

Zgz.

Y me quedaría aquí, bajo el cobijo de su abrazo los 365 días del año, los 7 días de la semana, y las 24 horas del día.
Me quedaría en esta casa, en la que nunca falta la tortilla, la paella o mis macarrones preferidos, en la que nunca cierra bien la puerta del baño, en la que el arte se palpa y el amor se respira, en la que su pasión decora las paredes, y su dedicación se siente en cada esquina de la casa.
Reviviría una y otra vez sin cansarme cada obra inventada en nochevieja, la ilusión de los regalos, cada rato en el parque Bruil, que me gustaba tanto que volvía a Madrid y pedía ir. Seguiré sintiendo la misma admiración aunque me cuenten las cosas treinta veces, porque me siguen pareciendo enormes; del mismo modo que seguiré poniéndome nerviosa una semana antes de venir porque me hacen feliz.
Y es que aún sonrío cada vez que paso por el Chiquipark, y me encanta recordar cada vez que nos vestimos por las fiestas del Pilar.
No sé cuántas perrerías he hecho en esta casa, incontables las cosas que hemos tirado por la terraza cayendo al balcón de otros, los secretos que hemos ocultado en la primera habitación a la derecha del pasillo. Pero lo único que quiero es seguir haciéndolo, que pasen los años y siga encontrando la misma vajilla en los armarios, mi poesía y mi foto en su álbum, las fotos en el salón, el cuadro del manco de Lepanto, a él cantando al poner la mesa, y ella recordando lo que nos gusta a cada uno para que todos estemos contentos. Que nunca deje de pitar el sonotone cada vez que la abrazo demasiado fuerte, y que no cesen nunca las ganas de vivir como si fuese adolescente de él.
Hay cosas que merecen ser eternas, o por lo menos desaparecer cuando lo escojan; así que sólo rezo porque la naturaleza, Dios, el destino o lo que quiera quea que dirija el mundo se siga portando como lo hace con ellos. Que no puedo decir otra cosa más que los quiero.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Locura de la locura del loco amor.

Y vuelves,
con complejo de huracán,
así,
te dedicas a remover
todo el polvo que yo he barrido.
Entonces es cuando siento que mueves
la línea de horizonte,
y se demuestra cuando éste
deja de estar a la altura de mis ojos
para volver a la tuya,
y a la mía,
y a la suya,
y luego se retuerce todo
y parece un mundo de locos.
          Y es que aunque eso de la locura
siempre haya tocado la guitarra con mi corazón,
el bajo en mis piernas,
la batería en mis caderas
y en mi cabeza se situase toda una orquesta;
luego la temo.
Y es por eso,
que analizo el amor,
porque siempre he podido manejar mejor
las cosas de la cabeza que las del corazón
-las del corazón me controlaban a mi-,
se me da mejor verificar que confiar.
Y lo malo es que aunque no se me den bien
los temas del corazón ,
utilizo ese órgano demasiado,
y es por eso que me siento más sola que soltera,
que aunque trate de escupir al amor
siempre lo llevo de bandera,
y que me da igual que me digan
que voy como alma en pena
si aprendo a tener la cabeza alta
cuando bajan mis lágrimas por tus penas.

lunes, 6 de octubre de 2014

Se abre la batalla.

Ya basta. Estoy cansada de que cada palabra que sale de mi boca sea otra batalla, que acabará, sí, pero nunca termina esta puta guerra que me consume. Cansada de que mis debilidades sean las fortalezas del otro, porque eso es crueldad. Que mi seguridad se esfume a ratos, de tener ganas de machacarme para que no tengan motivos para hacerlo otros.
Ahora que mi valentía ha huido, sólo quiero correr con la cobardía lejos de aquí, saber qué sería perderme por allí, si alguien querría perderse conmigo, o quién querría encontrarme entre las sombras de mis recuerdos. No necesito que nadie quiera bañarse en mis ojos, ni que no se imaginen una vida sin mí; realmente sólo quiero sentir que puedo mejorar un poquito la existencia de alguien con mi sonrisa. Y es que estoy cansada de que todo vaya mal, de no poder recordar el momento en que fui capaz de pensar con certeza que lo que sentía era felicidad. Y me siento estúpida, desagradecida, pero los sentimientos son siempre sinceros, porque no se puede discutir lo que uno tiene dentro.
Y aunque me fastidia no puedo decir que no me quejaré más porque no sé hablar de la felicidad, simplemente la exprimo cada segundo que la siento, continuo ese camino siendo guía y pasajero, verdugo y culpable, derrochador y hambriento.

miércoles, 1 de octubre de 2014

49.

Un año más felicito a tu recuerdo con mi nostalgia. Es otro año que desaparecen las palabras, que la felicidad y el dolor pasean acostumbrada y cómodamente de la mano, fenómeno que sólo ocurre una vez al año, mientras él crece y tú haces notar aún más la injusticia del mundo, o por lo menos la injusticia que reina en el mio.
Supongo que parece estúpido decir que alguien nos ha enseñado algo cuando ni siquiera hemos escuchado sus palabras para aprender, ni nos hemos fijado en sus actos para imitarlos o interpretarlos; pero yo siento que he aprendido el verdadero significado de la palabra 'valor', el verdadero valor de lo que tenemos presente y de lo que guardamos en el corazón. En mí viven personas cuyos cuerpos en algún momento quedaron inertes, pero cuyo corazón era tan grande y valía tanto que ocupaba el de varias personas.
Te quiero.