lunes, 1 de enero de 2018

Carroñeros

Me he añadido color a las mejillas
y un poco de pan a las manos.
Me he puesto un vestido de flores,
por las que no dejé en el cementerio,
y estoy enterrando
una
a
una
las caricias que no fueron a parar a tus daños.
Me he tapado las ojeras
para apagar la voz de alarma,
porque les desconsuela saber que no dormí ayer,
igual que tampoco lo haré mañana.
Vuestra compasión
hace hoy de espantapájaros
alejándome de lo que en un momento creí hogar,
dándole la vida a un diablo.
Sois cuervos
con el hambre de una hiena,
no sé cómo podéis alimentaros de esta mierda.