miércoles, 31 de diciembre de 2014

Y ahora qué

Y todas las horas de estudio de anatomía cuando ni siquiera entraba en nuestras asignaturas, qué pasa con ellas.
O con todas las sonrisas o con todos los besos o no sé.
Qué pasa con tus labios,
con tu pelo corto,
con tu espada despoblada de caricias
-o eso me gusta pensar-.
Y qué hacemos con este año confuso,
qué hacemos con el hecho de que conozcas mis manías mejor que yo,
que conozca tus brazos como la palma de mi mano,
qué pasa con todas tus pesadillas,
con los sueños que ya solo quedan por los suelos
que pisamos como se pisa el pasado.
Y que pasa con todas las lágrimas
si ni tu ni yo surcamos nuestros mares.
Pero sobre todo qué pasa con tus manos y mi sonrisa, que pasa con los recuerdos
con inmortalizar nuestros momentos
con tus camisetas
y mi pelo,
tus tarareos
y mi impaciencia.
Qué pasa con esa magia en la que ya no creemos.

martes, 23 de diciembre de 2014

-

Tengo una resaca de la ostia
después de la barra libre de verdades
que me ofrecieron anoche tus labios.
Con el candado en las manos
y la llave en tu boca,
el corazón volcado
en palabras de amor
en cartas rotas,
cosí en mi piel tus experiencias
y desabroché tu sombra.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Sólo una mentira.


Notaba que llevaba mirándome más de tres minutos seguidos, que parece poco, pero es que no agachó su cabeza en ni uno solo de los asaltos de miradas que no duraron más de diez segundos. Y perdí todos yo.

No sé si es que ese día iba especialmente malpeinada o que había optado por fijarse en mí al no darse cuenta de que a su lado llevaba ya unas cuantas paradas una chica con minifalda.
Sabía que me estaba poniendo roja, y no por los perversos versos que leía; sino porque su mirada le hacía parecer hombre lobo a la vez que me recordaba al niño que compite emocionado.
Núñez de Balboa.
Todo el mundo se baja en Núñez de Balboa.
Y disimuladamente miro como agarra su abrigo, en parte no me apetece que se vaya.
Pero se levanta.


... tan solo para moverse a mi lado aprovechando el hueco libre que acababa de dejar otro hombre (no sólo en el metro).
Noto su respiración al leer los mismos perversos versos que yo leo.
Y con todo el descaro que había visto jamás dejó salir a su voz de la cueva, diciéndome que necesitaba conocer el final.
Giré la página.
La leyó satisfecho.
Y me preguntó que cuál seria el nuestro,
que si tenia sueños;
para atropelladamente cortarse comentando, como quien habla con toda la naturalidad del mundo, que sentía comenzar así, y cambió su pregunta a si era feliz.
Le miré como miran las personas atractivas - no creo que lo consiguiese- cuando iba a preguntar que si eso era más normal pero mis cuerdas vocales no fueron capaces de tocar otra nota que no fuese un rotundo y claro 'no' cargado de franqueza y con el miedo sorprendentemente ausente.
Estudié la comisura de sus labios tres o cuatro segundos para volver a fijar mi mirada en la suya,
tratando de intimidarle.
Y le devolví la pregunta.
Ahora el peso estaba en su lado de la balanza,
aunque no sé en que momento comenzamos a compartir una.
Noté como dos segundos antes de contestarme miró mis labios y ahí, como estrellado, contestó que por lo cansada que notaba mi sonrisa debía ser que más que yo, al menos, sí.
(No sé por qué esperaba una respuesta más sencilla de quien en apenas dos paradas de metro había sido un huracán en una ciudad tranquila.)
Creo que le sonreí con las pestañas, y fue como dar paso a que continuase la obra para que, sin que la voz le temblase, me confesase que desde que me había visto sonreír al leer la que él contaba como tercera página creyó que era verdad eso de que a la tercera va la vencida,  y que,
simplemente,
quería comprobar si de verdad era tan bonita o era que se le había nublado la vida un momento.
No hizo falta que acabase la frase para que ya le estuviese dedicando mi sonrisa más sincera.
Y llamadlo impulso o no se qué pero me hicieron falta sólo tres paradas más para ver que esos perversos versos se habían transformado en unos perversos versos pre-beso. O por lo menos recé por ello un segundo y lo mejor que sabía.
Me gustaba ese modo de empezar el día: "hoy he besado a un desconocido en el metro".



Pasaron siete paradas,
otros dos días alternativos,
y no sé cuantos minutos para que empezase a traer consecuencias:
(y es que no existirá el amor a primera vista, pero la atracción a primer verso si.)
Y así  fue como el resultado fueron:
veintiún noches de poesía
y otras tantas de fusión; 
que provocaron
setenta y tres poemas,
demasiada ilusión,
estúpidas creencias en el amor,
noventa y ocho sueños



y una Única mentira.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Tan sólo quedo yo.

Aprovechaste que tenía el corazón patas arriba para violar todas y cada una de mis sonrisas,
fui el lobo de un cuento sin caperucita, o al menos intentaste que fuese así.
Fui la idiota que quería ver lo que no vio,
y se dejó el alma en aguantar la irritante realidad.
Creí que encontrarme contigo
era el único modo de no perderme,
hasta que descubrí que vivía acomodada en el laberinto.
Fingí ser valiente,
hasta que me miré en el espejo,
y me di cuenta de que no servía de nada engañar a nadie
- de todos modos la única que se lo creía era yo-.
Supe que esa noche te amaría,
con los ojos inundados,
pero no quise que fueses la víctima de mi tsunami,
hacerte ser el náufrago.
Me dí cuenta de que las manos que rompen
ya no saben encajar las piezas,
y menos hacerme funcionar.
Que ya nadie me sacará a bailar
al compás de las estrellas.
No trataremos de hacernos cualquier cosa,
que no sea daño;
ni veremos repetidamente la misma película trágica
deseando que cambie el final.

Y no lo haremos,
porque no cambiaremos ningún final
si jamás supimos arreglar el nuestro.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Rabia

Es la rabia
de querer a quien dice quererte,
y te quiso,
pero nunca os supisteis querer bien.
Es la rabia
de la mentira
tan sincera
que se queda patente escrita.
Es la rabia del tiempo aprovechado
que hace que ahora lo pierda.
Es la rabia
de que tus ojos me recuerden a mis  despobladas caderas,
y a tus sueños.
De que tus brazos solo griten calor.
Es la rabia
de que mi mente sólo sepa arañarnos.
Es la rabia
de tener el botón de 'destrucción' en frente
y no pulsarlo tras la tentación
para darme cuenta
de que tú
ya lo habías arrasado todo.

domingo, 30 de noviembre de 2014

He tenido esperanza.

He visto cuerpos sin corazón que quitan la mirada cuando se cruza por delante alguien a quien le va mal; personas que niegan ayudar a los demás si no eres católico, o si no eres español; pero también necesitados que niegan esa ayuda que le ofrecen porque sus intereses confundidos piden para su cuerpo sustancias lejanas de la comida, gente pegándose por un equipo de fútbol mientras que ni se preocupan por los verdaderos problemas de este mundo.  
Pero también he visto personas con un corazón tan grande que no sé como cabe en un cuerpo tan pequeño, he visto manos capaces de dar tanto con tan sólo eso, ojos casi cerrados que desprenden más empatía de lo que son capaces de hacer otros veinte bien abiertos. He visto como carteras diminutas se exprimían hasta el punto de parecer que iban a salvar el mundo con el próximo céntimo, gente bajar a un supermercado únicamente por la necesidad de quien no tiene, y no por la suya, para dar más de lo que pueden si quiera aguantar sus brazos y aún así decir que es una miseria en comparación con lo que habría que hacer; he visto a una niña pequeña darle a su padre un kilo de comida para poder donarlo.
He tenido esperanza.

ATENCIÓN, EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO. TÚ ELIGES SI QUIERES DAR TAMBIÉN ESE PASO.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Cuando.

Cuando el 'quiero' y el 'no puedo' se cruzan en la calle del olvido y se dejan hacer,
cuando el corazón y la razón se dan motivos para desnudarse, para juzgarse,
  y para no hacerlo;
cuando tú y yo nos sonreímos fingiendo que podemos eliminar el tiempo,
cuando está ordenada la cabeza, desordenados los papeles y patas arriba el corazón;
cuando las noches son más frías que el invierno, y el corazón prefiere que la nieve le queme,
  creyendo que puede deshacerlo;
cuando él es él, y yo soy yo, descifrando que no habrá más sonrisas que dibujen un nosotros.
cuando las lágrimas salen de tus ojos para desaparecer,
mágicamente,
en el calor de tu sonrisa.
Cuando me canso de cuándos, y dejo de escribir.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Tiempo.

Llevo una semana cruzándome con un alma cansada
más de dos meses sin escribir cartas de amor
unas horas sin desvariar
un año sin llorar por ti en un vagón
unos segundos sin culparte por no asistir
quince años con un mordisco en el corazón
tres sin otra parte de mi
y otros tres sin encontrar a otra persona 
que no me recuerde a nadie
un mes observando las almas perdidas
-que se suben al metro
creyendo que por saber cuál es su parada 
saben dónde quieren estar-
dieciocho años siendo una llorica
diecisiete años convirtiéndome cada día en alguien más difícil
diez años amando las palabras
y tan sólo tres revelándome,

y de todo este tiempo las únicas cosas que realmente me han importado es que a vosotras os faltase vida,
que hace un mes y quince días no cumplieses 49 años a mi lado,
que hace tres años y medio no reconocieses en mis ojos tus pasos.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Cierra el corazón

"Si te vas,
apaga la luz al salir
y cierra el corazón",

y así,

           a oscuras,

                       escuché el portazo.

domingo, 2 de noviembre de 2014

-

Creo que una pasión compartida sabe mejor, y creo que el recitar un poema, el darle tu voz a algo que ha salido de ti le da un toque distinto, así que bueno, espero que os guste:
https://www.youtube.com/watch?v=KoxcYwJsgAM

sábado, 1 de noviembre de 2014

Los versos sobre unos besos que enmudecen.

Y puede ser
que ya no queden razones
para que este corazón
quiera mantenerse a flote.
Y también puede ser
que no queden suficientes primaveras
contra éste
como para que brote de él
algo
que consiga romper su muro.
Y es que hay cosas para las que uno
nunca es lo suficientemente mayor;
como para despedirme
de tu beso de buenas noches,
porque sino
 sé
que mis versos
se tornarán oscuros
y vomitarán pesadillas.
Pesadillas que me recuerdan
quién soy,
quien me habita.
Y contra eso, sólo,
he de admitir que soy puntual,
por lo general,
para todo
menos para los asuntos del corazón.
Que nunca cumplo el envío de mis deudas,
no sé arreglar el tiempo
para que funcione el reloj del olvido;
pero siempre llegué pronto
para tatuar mis besos en tu ombligo.
No puedo negar
que me desnudo mejor con palabras,
que quitándome la ropa;
que cada vez que no entiendo algo
lo denomino abstracto.
Odio todo aquello que oculta la verdad,
pero soy la primera hipócrita
que cuando llueve
saca sus máscaras a pasear.
Que fantaseo con el amor
aún queriéndolo lejos,
con esperar en una estación
y que en el desorden
de dos personas perdidas
en un andén
se encuentre una luz de esperanza.
Que estos son los versos
sobre unos besos que enmudecen,
que empiezo pisando fuerte
para acabar besándote suave.
Y si supieras como grita mi interior
preferirías mantenerte lejos,
al refugio de que explote,
al refugio
de que el amor vuelva a cruzarse,
y nos manche.

martes, 28 de octubre de 2014

Destrucción II.

Cuántas veces me encontré entre la perdición de nuestro amor repitiéndome que me encontraría en el mismo lugar en el que se consolidó todo, en el que empezó el caos que ordenó mi vida, en caso de que se diese la fecha y no la circunstancia. Sentía que trataría de alinear los astros con nuestras vidas; trataría de que esa esquina nos diese la oportunidad que nos habíamos robado, tomaría esa calle como la papelera de reciclaje que contiene el documento que nosotros equivocadamente tiramos a la basura, trataría de encontrar tu mirada cómplice del robo de mi aliento en esa acera esperando en un banco en que en otro momento fuimos esperados.

El problema es que no puedo pensar como antes si sigo siendo la misma pero tan sólo a cachos. Ahora sé que el pegamento que tiene un recuerdo no es tan fuerte como para arreglar un corazón hecho añicos, que el amor no se recicla porque una vez usado si se tira no puede volver a brillar como lo hacía. Que las esquinas sólo se clavan, no conceden oportunidades y menos son capaces de obrar milagros; y que vivir esperando no es vivir. Y es que sé que por mucho que nos encontrásemos entre miles de personas yo ya no sé encontrar lo mismo en mí, como para encontrar lo mismo en tus manos.

lunes, 27 de octubre de 2014

Pintando de color las sombras.

Hoy he sentido que las cosas cambian, últimamente vuelvo a cerrar los ojos para sentir el sol, y según éste me acariciaba como hace tiempo que no hacen otros. el corazón ha palpitado de nuevo, y con ese pequeño movimiento ha deshecho las telarañas, que aprendí a amar con los ojos cerrados, pero ahora prefiero tenerlos abiertos, porque los detalles son lo que lo despiertan. Y es que espero que eso signifique que habrá menos ratos en los que la luz de la amargura deje esas putas sombras que susurran un futuro demasiado oscuro como para querer si quiera pensarlo. Y es que he aprendido a pintar de color cada una de esas sombras, aunque prefiero esquivarlas, pero ahora voy armada del color de la esperanza cada vez que reflejan que lo bueno acaba, y no sabría decirte cuál es el color de su sonrisa pero con ese me pinto siempre a mí.

domingo, 26 de octubre de 2014

Demasiado complicado.

La poesía era tan fácil contigo, que ahora debe ser que escucho con el corazón con tal de darle un uso. Y es que mira si el destino es caprichoso a veces que cuando sabe que no formamos parte del mismo camino nos jode haciéndonos coincidir en la misma estación pero sentándonos en el andén contrario; así, si nos encontramos, unos minutos es todo lo que nos concede el tiempo para decidir si queremos coger un tren que siempre tomamos mientras tratamos de leernos por dentro, sólo que ya no hablamos el idioma que era nuestro. Como cambia todo cuando ya nadie corre para abrazarte por la espalda, te imagina sin bragas o se olvida del mundo al escuchar tus palabras; como cambia todo cuando te das cuenta de que las poesías no hablan de personas como yo, ni dedican canciones a chicas que se rayan más de lo que rayan a otros, a una chica que no deja sin respiración y que  a veces no se acuerda de que se tiene que levantar, y continuar.

martes, 21 de octubre de 2014

En obras.

Tiempo muerto. 
Es lógico que no sepa hacia dónde caminar si no sé dónde quiero estar, porque ya no tengo sueños. No he perdido las alas porque nunca las he tenido -no vine con todos los detalles de fábrica-, pero si he perdido las ganas de volar, si al saltar al vacío siempre encuentro el mismo suelo. Pero yo sólo pido tiempo, que es normal no tener miedo cuando estás cansado de temblar, no fingir cuando se me da tan mal actuar, no dejarme llevar cuando el viento ya no me susurra al oído secretos que no deberían ser oídos. Y es normal que no me importe el frío, porque realmente lo que me preocupa es que carezco de abrigo. No he vuelto a vivir las cuatro estaciones en apenas segundos, ni he compartido camerino con tus instintos. Que hace tiempo que no me acuno en tu sonrisa, ni me detengo a pasear en tus latidos. 
Así que sólo anuncio que estoy en obras, en mis obras, que aprenderé a curarme y repararme sola -aunque agradezco sus abrazos sin necesidad de tacto a todas horas.-.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Ese o ese.

Ya no lloro cuando veo películas asquerosamente románticas.
Puse a la felicidad un listón muy alto, y ahora mi corazón no llega ni de puntillas.

lunes, 13 de octubre de 2014

Destrucción I.

Y me recorre la angustia, y no sé si trata de echar una carrera contra mi felicidad o mi paciencia; sólo sé que la espera llega tarde, que no soy capaz de concentrarme, que necesito aparcar el corazón en doble fila un par de días. Y es que puede que ni yo lo entienda, pero necesito un reloj que no me marque las horas, una brújula que no señale el norte pero me indique qué sentido tiene mi vida, un bolígrafo que escupa palabras y talle versos sin chuparme la sangre para usarla como tinta. Necesito que desaparezca de mí este nerviosismo, que se me vaya la idea de mi cabeza de que me caía mejor cuando no me conocía. Necesito perder mis manías, para saber retomarlas en el momento justo. Necesito ver unos ojos comprometidos, una sonrisa conmovida, una persona que prueba por primera vez la empatía. Y es que tan sólo quiero que éste grito sordo no llegue a los oídos pero raspe un poquito ese interior. Perdí las constantes de mi vida y mi ecuación ya no da el resultado esperado, por lo general ni siquiera se molesta en dar ninguno, y es por eso que respiro esperando que la próxima vez que lo haga el aire sea menos sucio a pesar de ser más compartido.

sábado, 11 de octubre de 2014

Zgz.

Y me quedaría aquí, bajo el cobijo de su abrazo los 365 días del año, los 7 días de la semana, y las 24 horas del día.
Me quedaría en esta casa, en la que nunca falta la tortilla, la paella o mis macarrones preferidos, en la que nunca cierra bien la puerta del baño, en la que el arte se palpa y el amor se respira, en la que su pasión decora las paredes, y su dedicación se siente en cada esquina de la casa.
Reviviría una y otra vez sin cansarme cada obra inventada en nochevieja, la ilusión de los regalos, cada rato en el parque Bruil, que me gustaba tanto que volvía a Madrid y pedía ir. Seguiré sintiendo la misma admiración aunque me cuenten las cosas treinta veces, porque me siguen pareciendo enormes; del mismo modo que seguiré poniéndome nerviosa una semana antes de venir porque me hacen feliz.
Y es que aún sonrío cada vez que paso por el Chiquipark, y me encanta recordar cada vez que nos vestimos por las fiestas del Pilar.
No sé cuántas perrerías he hecho en esta casa, incontables las cosas que hemos tirado por la terraza cayendo al balcón de otros, los secretos que hemos ocultado en la primera habitación a la derecha del pasillo. Pero lo único que quiero es seguir haciéndolo, que pasen los años y siga encontrando la misma vajilla en los armarios, mi poesía y mi foto en su álbum, las fotos en el salón, el cuadro del manco de Lepanto, a él cantando al poner la mesa, y ella recordando lo que nos gusta a cada uno para que todos estemos contentos. Que nunca deje de pitar el sonotone cada vez que la abrazo demasiado fuerte, y que no cesen nunca las ganas de vivir como si fuese adolescente de él.
Hay cosas que merecen ser eternas, o por lo menos desaparecer cuando lo escojan; así que sólo rezo porque la naturaleza, Dios, el destino o lo que quiera quea que dirija el mundo se siga portando como lo hace con ellos. Que no puedo decir otra cosa más que los quiero.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Locura de la locura del loco amor.

Y vuelves,
con complejo de huracán,
así,
te dedicas a remover
todo el polvo que yo he barrido.
Entonces es cuando siento que mueves
la línea de horizonte,
y se demuestra cuando éste
deja de estar a la altura de mis ojos
para volver a la tuya,
y a la mía,
y a la suya,
y luego se retuerce todo
y parece un mundo de locos.
          Y es que aunque eso de la locura
siempre haya tocado la guitarra con mi corazón,
el bajo en mis piernas,
la batería en mis caderas
y en mi cabeza se situase toda una orquesta;
luego la temo.
Y es por eso,
que analizo el amor,
porque siempre he podido manejar mejor
las cosas de la cabeza que las del corazón
-las del corazón me controlaban a mi-,
se me da mejor verificar que confiar.
Y lo malo es que aunque no se me den bien
los temas del corazón ,
utilizo ese órgano demasiado,
y es por eso que me siento más sola que soltera,
que aunque trate de escupir al amor
siempre lo llevo de bandera,
y que me da igual que me digan
que voy como alma en pena
si aprendo a tener la cabeza alta
cuando bajan mis lágrimas por tus penas.

lunes, 6 de octubre de 2014

Se abre la batalla.

Ya basta. Estoy cansada de que cada palabra que sale de mi boca sea otra batalla, que acabará, sí, pero nunca termina esta puta guerra que me consume. Cansada de que mis debilidades sean las fortalezas del otro, porque eso es crueldad. Que mi seguridad se esfume a ratos, de tener ganas de machacarme para que no tengan motivos para hacerlo otros.
Ahora que mi valentía ha huido, sólo quiero correr con la cobardía lejos de aquí, saber qué sería perderme por allí, si alguien querría perderse conmigo, o quién querría encontrarme entre las sombras de mis recuerdos. No necesito que nadie quiera bañarse en mis ojos, ni que no se imaginen una vida sin mí; realmente sólo quiero sentir que puedo mejorar un poquito la existencia de alguien con mi sonrisa. Y es que estoy cansada de que todo vaya mal, de no poder recordar el momento en que fui capaz de pensar con certeza que lo que sentía era felicidad. Y me siento estúpida, desagradecida, pero los sentimientos son siempre sinceros, porque no se puede discutir lo que uno tiene dentro.
Y aunque me fastidia no puedo decir que no me quejaré más porque no sé hablar de la felicidad, simplemente la exprimo cada segundo que la siento, continuo ese camino siendo guía y pasajero, verdugo y culpable, derrochador y hambriento.

miércoles, 1 de octubre de 2014

49.

Un año más felicito a tu recuerdo con mi nostalgia. Es otro año que desaparecen las palabras, que la felicidad y el dolor pasean acostumbrada y cómodamente de la mano, fenómeno que sólo ocurre una vez al año, mientras él crece y tú haces notar aún más la injusticia del mundo, o por lo menos la injusticia que reina en el mio.
Supongo que parece estúpido decir que alguien nos ha enseñado algo cuando ni siquiera hemos escuchado sus palabras para aprender, ni nos hemos fijado en sus actos para imitarlos o interpretarlos; pero yo siento que he aprendido el verdadero significado de la palabra 'valor', el verdadero valor de lo que tenemos presente y de lo que guardamos en el corazón. En mí viven personas cuyos cuerpos en algún momento quedaron inertes, pero cuyo corazón era tan grande y valía tanto que ocupaba el de varias personas.
Te quiero.

martes, 30 de septiembre de 2014

Amor, por encima de todo.

Te admito que he perdido la inspiración. Me he cansado de hablar del desamor, y el amor tampoco acude a mi boca pero me siento tan feliz cada vez que noto el amor en cuerpos ajenos, en sonrisas cómplices... aunque yo siempre sea mera observadora o narradora de ellas. Me imagino el mundo de una manera tan asquerosamente romántica que cada mañana cuando salgo a la calle y veo que la gente camina a donde debería ir pero no a donde le gustaría estar me desanimo, que cada mañana al entrar en el metro y ver que nadie observa al de al lado, que podemos pasar media hora de nuestro día al lado de alguien a quien si quiera hemos parado a mirar diez segundos, que nadie se sostiene desafiante la mirada, y eso me hace creer que el romanticismo ha pasado a un grado inexistente en mi cabeza. Ahí es cuando lucho por seguir creyendo ciegamente en el amor -me dicen que es de esas cosas que me definen- y me cuesta, pero entonces me cruzo con alguien que ha superado algo duro y ahora sonríe al posar su mano en la tripa de una chica, o que un chico dedica sus dos manos a posarlas en la cara de esa chica que se deja besar. Y, definitivamente, prefiero creer en eso que en que en la vida nada es tan bueno como en los libros o en las películas o incluso como en mis fantasías. Quien dice eso es que no ha amado, que no ha visto levantarse a su lado a la persona por la que sonríe o sonrió tantos días, o que simplemente son personas qur dicen eso porque nunca se han jugado en un abrazo, en un beso la vida.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

"Príncipe y princesa"

A veces cuando nuestros sueños se hacen realidad son una auténtica pesadilla. ¿Contradictorio?
Este cuento comienza como todos y cada uno de ellos: érase una vez una dulce niña que sólo quería encontrar un apuesto hombre que la amara. Hasta aquí nada se separa de una historia de princesas, ¿no? La cosa es que nada comienza como acaba. Encontró a ese hombre, apenas conociéndose se entregaron el uno al otro. Pero nadie decía que él por la noche era más bien hombre lobo, ya que cada vez que ella salía mostrando lo que él consideraba su propiedad la esperaban en casa unas garras, que dejaban marcas en su marmolacea piel, despellejaban su corazón  y, no sabía cómo, llegaban hasta su cabeza impidiendo que sus pies huyesen a buscar al leñador. Pero eh, que no siempre es sólo un malo. Ya que ella, dulce y encantadora, no sólo le empalagaba a él, sino que a veces dejaba que otros pájaros probaran, que picaran. Y cuando llegaba tranquilamente a casa, se ponía celosa de cada comentario del apuesto "príncipe", ya que ella sabía todo lo que podía cocerse fuera sin que se calentasen los de dentro.

Y supongo que hay mil modos de quejarse, pero éste es uno de los míos, cansada de soñar pesadillas o de ver como la gente se conforma con lo que tiene en la vida y en vez de luchar contra ello y ser feliz. Porque si un sueño no es lo que esperabas puedes seguir soñando, o incluso que aquello que considerabas una pesadilla esconda algo bello dentro.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Te quiero

Supongo que te felicitaré durante mi vida más años de los que probablemente nadie haya vivido, pero envolvería mi vida para regalo con tal de poder compartir otro día más a tu lado. Sinceramente no sé bien qué decir, sólo sé que necesito decirte algo, evocarte una vez más. Creo que este día, este veintidós de septiembre dice dentro de mí mucho más de lo que sé traducirte a palabras. Un detalle, una merienda, un abrazo, tu abrazo. A veces trato de recordar tu número de teléfono, el que tantas veces marqué, al que tantas veces contestaste. No sé si con ello puedo creer que así recupero el código que me hará poder dar contigo o yo qué sé. Sólo sé que has aparecido esta noche en mi sueño, y reías; que durante mi vida tomaré una copa de barbadillo a tu salud cada vez que la ocasión lo merezca; que seguiré creyendo que te veo a lo lejos por las calles; recordando tu pizarra, tu sonrisa y tu calor, porque el amor calienta un poquito el alma, y tú siempre conseguiste que estuviese la mía a la temperatura perfecta. Me gustaría revivir un día cualquiera mientras que ese hubieses estado a mi lado, tan sólo para sentir que mi recuerdo te hace una fiel justicia. Serían ochenta y ocho, y me gustaría pensar que en asuntos del corazón estarían bien llevados, sé que no en todos, pero te prometo que yo trataría de extirpar cada dolor, y apretar cada arruguita de tu mano, así hasta sentirte conmigo y sentirme yo más viva.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Bala.

Supongo que no supones que sin ti me siento sola. Que sé que ni tú te has ido, ni yo me he movido, pero no somos uno, ni nos hacemos uno, ni nos sentimos cerca como si lo fueramos.
Puede ser que algunas fotos para ti sean eso, fotos, pero si te explico lo que yo veo en algunas de ellas ... Aunque suene estúpido, yo he cogido una camara y he enfocado tu rostro mientras tú no te dabas cuenta sólo para tratar de inmortalizar tu alma, que siempre se me escapa pero a veces creo poder verla, como cuando cierras tan solo un poco los ojos y te concentras mirando a otro lado y ahí te veo tan hermoso que no puedo hacer otra cosa más que mirarte, y esperar a que te des cuenta y me sonrías como sólo tu sabes, y como únicamente mi meomoria sabe inmortalizarte.
Puede que esto no nos haga bien y puede que esto no nos haga daño.
Pero tengo que continuar. Yo, una noche sin estrellas, una habitación sin cama, un arbol sin ramas, un abril sin ti, un invierno sin conocer el frío y a veces como una caja de tiritas. Y Tú, un telescopio que veía mas allá de lo que podían observar mis ojos, un superhéroe sin necesidad de dormir a menos que fuese cerrar los ojos a mi lado; si que es verdad que no pudiste hacer que de mi crecieran ramas, pero me regalaste tres rosas, abril juntos, y en mi invierno sin tu abrigo si conoci que era el frio. Tú tan rosa sin espinas, jardín sin maleza, esa caja de tiritas que siempre usabas cuando me arañabas -más eficaces para el corazón- sin hacerme sangre con las garras.
Y sé que tampoco sabes que eres por la única persona por la que mi móvil -roto, reflejo de- me ha cortado las palabras en una noche de nostalgia.
Creo que si tuviese que definirte con una palabra te llamaría bala. Puede que sea algo malo pero tú apareciste tan certera que me atravesaste con la misma facilidad con la que se sopla una pestaña y te quedaste en ese preciso recoveco de mi corazón que guardaba para algo especial.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cruz de navajas

"Cruz de navajas por una mujer brillos mortales despuntan al alba sangres que tiñen de malva  el amanecer. Sobre Mario de bruces tres cruces :
una en la frente la que más dolió otra en el pecho la que le mató y otra miente en el noticiero " - Mecano.
Puede que esto no sea la lucha por una mujer, y tampoco fue ningún Mario el que acabó malparado. Pero es que esas tres cruces me descubrieron, descifraron mis sentimientos cuando yo los tenía bajo código y bajo llave. Pero resulta que no hace falta que una herida se vea para que se exista, ni que un moratón aparente esos cambiantes colores para que cada vez que lo aprieten te retuerzas, el problema es cuando ese moratón lo aprieto yo misma, no me considero masoquista, simplemente quiero acostumbrarme.
Por eso, por eso de que las cosas dicen más de lo que parecen, que puedes ir con ellas más allá de lo cotidianamente establecido no siempre las navajas son un arma que se ve, en mi caso mi cruz de navajas fue de palabras, de actos, y de no-actos; por eso no pudieron dañarme la frente, pero si mi mente, deseé que mi cerebro no procesase nada de todo aquello, pero hay ciertas palabras que aunque se digan cuando uno está dolido sabes que van cargadas de todo lo que uno ha vivido, que son esas palabras que se esconden tras el silencio del amo cuando está contento. Pero furia invadió estas vidas, y así dejó penetrar esas navajas en mi cuerpo, como si apenas costase esfuerzo expulsarlas y clavarlas, rasgarme, antes si quiera de poder hacer que no escuchaba nada. Y sí, también fue la que mas dolió. Porque sólo hay una cosa que duele más que la verdad, la mentira. En ese momento se desnudaron ambas, la verdad dejó a la mentira en paños menores, la mentira que hacía creer que todo iba bien, pero no nos íbamos a engañar más.
Y con el tiempo me mataron, puede que no fuese su intención, pero tampoco trató nadie de evitarlo. Y es que fue entonces cuando el pecho abrió sus puertas y dejó que el corazón dejase de ser sordo, mudo y ciego. Podrido.
Al final sólo queda esta última, la que miente en el noticiero, que en mi vida son nuestros rostros, aunque no sé hace cuanto no los veo, ya que ese noticiero es una máscara con la que nos cubrimos la cara y sólo nos la quitamos cuando estamos solos, para que el titular indique siempre que la vida siempre reluce -pero no es oro todo lo que reluce.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Desintegrada.

Querría no saber sentir, tener el amor en frente y no reconocerlo, no clavarme las astillas en cada caída en la que no toco el suelo. Me gustaría que algunas medicinas de la vida, como tú, llevasen el correspondiente prospecto, que probablemente no leería hasta que ya hubieses hecho demasiado efecto, pero por lo menos tenerlo, y leer todo lo que curas apenas con rozarme, y comprender lo desintegrada que me puede dejar el no encontrarte. Que no eres una adicción a la cual una se desengancha, que el calor de tu cuerpo vuelve a reclamarlo el mío cada vez que cierro los ojos y te pienso. Que si me pides motivos por los que quedarte te acabaré dando motivos para que te vayas. Debe ser precioso observar el amor en terceros, para que no se te claven los cristales rotos en el suelo cuando todo acaba.

sábado, 30 de agosto de 2014

A veces, envidio el cielo.

Creo en las cosas en el momento indicado -sí, ya sé que creo muchas cosas-, como que algo en cualquier momento no haya significado nada, pero que al verlo en uno exacto comprendas el por qué de todo; puede que un día andando te fijes en una baldosa mal puesta, y te des cuenta que normalmente la gente no se fija en esas pequeñas cosas; puede que ni siquiera nunca hayas mirado al horizonte o que no conozcas cómo son los pisos más altos de los edificios de tu barrio, o que nunca te hayas fijado en ese pájaro que espera los mismos segundos siempre para cantar. Que vivir en el suelo no limite que mires siempre a lo más alto, que desees el cielo.
Buenas noches.
He empezado guerras sin enterarme, he envainado mi espada para dejar que me corten limpiamente la cabeza, he movido ficha sin haberme preparado, he sido una contradicción, y ahora qué. Pues ahora paseo por las calles de Madrid, comprobando que no existe un rincón tranquilo para mí; me he dado cuenta de que si no hay moratón nadie ve que duela, que sin palabras nadie sabe escuchar un corazón con tanto que decir, por eso enmudece ahora.

sábado, 23 de agosto de 2014

Sé tú, que yo, seré yo.

Que tu asignatura preferida
sea la que siempre repitas
la que trabajes día a día.
Que consista en el estudio
de cada uno de mis lunares.
Que averigües los secretos
que recogen los de mi espalda.
Que me beses
en la comisura fe los labios,
para comprobar la distancia a besos
del que se sitúa por encima de mi boca.
Que te pierdas en los desconocidos
en los que sólo tú conoces.
Que dibujes en mi espalda,
con tus dedos,
como si fuese un lienzo
y tú unieses los puntos
para crear dibujos,
como un pequeño artista.
Sé explorador por un día,
astronauta durante un rato,
remóntate a otra época una noche
leyendo las lineas de mis manos.
Sé náufrago,
que yo seré el bote que te rescate
para que te conviertas en capitán
que surque mis suspiros.
Sé poeta,
y yo,
seré tu verso.
Sé maestro,
enseña los golpes de la vida.
Sé tú,
que yo,
seré yo.

lunes, 11 de agosto de 2014

Me encuentro en lugares en los que sé que has estado, me rodeo de personas a las que has amado, y yo pienso en ti. Realmente deseo que sea verdad eso de que 'los que se van nos ven desde donde quiera que estén' y que permanecen a nuestro lado desde el mismo momento de su partida, para saber que tus ojos nublados tras los cristales de tus gafas han observado cada palabra que te he dedicado, para poder creer que tú corazón en algún momento ha palpitado de nuevo.

domingo, 10 de agosto de 2014

Chance

"Lucha por lo que quieres"
me dijeron demasiadas veces
como para planteármelo en serio.
Hasta ahora.
Que me doy cuenta
que hasta las oportunidades se ríen de mi,
se contonean al pasar
cuando ya las ha aprovechado otro,
mientras yo las observo
pensando que las trataría bien
pero que no me atrevo.
Son como esa aventura que no voy a correr,
como ese dolor que trataré de evitar,
como la vergüenza de hacer topless en la playa,
como el madurar...
que no soy capaz de ello.
Que sería como creer
que hablaría en público sin que me temblase la voz,
que podría no sentir,
que alguien escribiría sobre mí;
estúpido supongo.
Quizá sólo hasta el día en que suceda,
y lo disfrute.
Viendo la oportunidad
tan complacida en mi cama
que hasta se quede a dormir.

A mí me espero yo.

Necesito escribir, necesito calmarme, necesito encontrarme, quiero que se acabe el túnel y no encontrarte al otro extremo, sólo quiero esperarme yo, no quiero cuentos. Qué princesas ni qué príncipes, aquí todos somos sapos y por más que nos besen no nos transformamos, sino que únicamente queremos más. Y es que al final no soy más que una colilla mal apagada en un cenicero, los restos de decir 'te quiero'.

viernes, 8 de agosto de 2014

Tonterías de una noche de verano.

¿Por qué nos sentimos solos? ¿Por qué nos pasamos la vida echando de menos a personas que, sinceramente, nos pasaríamos la vida dándoles más? Echamos de menos a personas, animales o cosas, indiferentemente, siendo tan injusta la vida de no dejarnos disfrutar un ratito más de cada una de ellas. Dar un último beso a alguien que te deja unos días, disfrutar unos días de una persona que abandona la vida, vivir rodeado de quien queremos, querer dándonos cuenta de que no hay límites, romper el límite que nos ponemos que normalmente somos uno mismo, que uno mismo se exprima al máximo para que nunca sienta que ha quedado algo o alguien sin hacer, y que lo que hagamos lo llevemos a cabo de verdad -maravillosa y amada verdad-, que nos demos cuenta que el amor está más allá de lo que normalmente vemos, que el amor también lo encuentras en la amistad, no sólo en las relaciones, que se respira en la familia, que se mama desde la cuna tantas veces. Supongo que aprender a estar sólo y amarlo, es increíble, pero a nadie le gusta cuando es impuesto, y lo máximo que llega a tus oídos son las teclas con las que relatas tus tonterías.

viernes, 1 de agosto de 2014

Frío

Calentaste mi invierno,
olvidando que a mí
me gustaba el frío.
Agarraste mis muñecas
me atrajiste hacia ti,
pero yo sólo quería volar lejos de aquí.
Ser lo suficientemente pequeña
gracias a la lejanía.
Trataste de romper mi corazón,
pero lo único que hizo "crack" fue mi orgullo.
Pero recuerdo
que siempre era verano en tu cama,
que florecía la primavera cuando te mostrabas
que me crecían los celos
cuando el otoño te tocaba.
Pero el invierno era frío,
y eso me gustaba.

miércoles, 30 de julio de 2014

jueves, 24 de julio de 2014

Sin más

Tengo la sensación de que quiero decir algo, pero no sé el qué. De que prefiero no escuchar a que me ardan los oídos de tanto chirrido, pero al final siempre le doy la mano a la verdad, que es la única que no falla ninguna noche para salir, solo que a veces la dejan encerrada.
Tengo la sensación de quiero irme, de que quiero poder sentir que tengo todo a mi alcance, y que puedo escoger qué es lo que quiero tocar. Pero también siento que no hay que huir, que es mejor quedarse hasta que irse sea algo natural.
Creo que todo de alguna manera acaba, ya sea por decisión de uno, o del destino -que ni siquiera sé si creo en él- o porque la muerte siempre lo arrebata todo, y no creo en finales felices porque el final de algo con alguien siempre es otro alguien con otro algo roto.
Sé que me encanta volver a los lugares de siempre, porque me recuerdan todo aquello que he vivido y que me ha hecho estar hoy aquí, en el pueblo en el que he pasado tantos años y que ha sido testigo de tanta inocencia y de tanto castigo.

viernes, 18 de julio de 2014

"Cazadora de sueños rotos"

Me gusta el silencio y estar sola, pero odio cuando tengo eso porque no existe otra posibilidad. Odio el silencio tras la marcha, la soledad tras la puerta cerrada. Odio que exista esa sensación de que aunque alces la voz nadie te va a escuchar, porque nadie se ha quedado a tu lado. Me gusta el silencio para escribir, la soledad para conocerme, pero odio cuando la garganta silencia mis palabras porque ya no se necesitan.
Creo que llega ese momento en que te ves tan obligado a estar solo, a aprender a escuchar lo que susurra el silencio que tratas de romperlo tan sólo para ver que no todo está muerto, y es que a veces me siento egoísta al escuchar lo que me cuenta el silencio, cuando me cuenta que se va y dejará de aparecer, que mis letras no son lo suficientemente buenas para nadie, que no es necesaria tu risa en algún preciso lugar, o cuando me susurra versos desgarradores que es mejor no pronunciarlos, porque si hago parece que enuncian hechos ciertos. Creo que al llegar ese momento necesitas que alguien te decore cada lágrima hasta que éstas cambien de humor, que necesitas que alguien esté dispuesto en cada momento a acompañarte en tu silencio, pero ese silencio es especial, porque es el compartido cuando dos personas se entienden sin necesidad de perturbarlo.

Me gustaría-

Me gustaría ser el pincel de Miguel Angel, 
ser imprescindible para crear belleza.
Me gustaría ser un verso de Neruda,
de Escandar o de Salem,
para entender de dónde vengo
y poder ver la profundidad a la que llego,
reflejada en los ojos de la gente.
Me gustaría ser mármol del Panteón,
sentir lo que siente aquel a quien miran con admiración.
Me gustaría ser una columna del Partenón,
para poder sentirme bella incluso en ruinas.
Ser musa que inspire un verso,
no creo que necesite explicar
qué significaría ese sentimiento.
Ser canción 
y sentirme escuchada.
Ser aventurera,
ser valiente,
para sentirme más viva que nunca.
Me gustaría ser otoño,
para dar paso al invierno.
Me gustaría ser recuerdo 
de esos que marcan,
y sentirme tatuaje en un corazón.
Me gustaría serme fiel,
para derrotar a la mentira
y mostrar que la verdad
es la mejor bandera.

viernes, 11 de julio de 2014

No quiero despertar

Y es que, aunque resulte contradictorio, creo que uno está verdaderamente mal cuando ya no siente el dolor, cuando todo le va hundiendo un poco más en la mierda, pero se acostumbra, cuando de tantos golpes llega el momento en que uno deja de doler, y así progresivamente, de tal modo que acabas riendo por cosas que te parten el alma, porque no quedan lágrimas y hay demasiadas sonrisas guardadas, estancadas, encadenadas. Y es que no hay nada más triste que eso, que sonreír de dolor, que el corazón se vuelva frío, e incluso cruel a veces, porque está en modo batalla, defendiendo apenas el hueco que deja para yo que sé ya qué.
Y es que en ese dolor quién se atrevería a sumergirse en mi vacío, en el vacío de alguien cuyo corazón sólo transmite.. frío. En quien ya no cree palabras y duda de los hechos, pero ¿cómo no hacerlo? Si la gente miente más que habla, actúa mas que anda, finge y para ello todos llevan máscaras.

Ese jodido ancla.

Y, esta noche, me da igual. Me da igual que mañana suene el despertador a las siete y cuarenta y ocho de la mañana, que seguiré levantándome con las mismas pocas ganas de siempre; me da igual que vuelva a hacer los mismos pasos hasta las ocho y media o cualquier cosa, tener que ir al colegio, hacer exámenes o lo que sea.. me agobiaré, pero estoy en esos arrebatos de indiferencia absoluta y caprichosa que me dan a mi a veces.
Y es que hay cosas que merecen homenajes, nuestro tiempo, nuestros ojos y oídos, incluso nuestras lágrimas. Y es que yo me encuentro perdida en las mismas páginas, del mismo libro de siempre, entre los pocos párrafos que conozco, entre los pocos que he podido leer... teniendo el final, y supongo que también quedan escritas esas anécdotas en las que me recreo, y en las que creo... me da rabia no tener reflejadas las mejores partes de la historia, no poder hacer una marquita en esas páginas, para ,al volver a verlo, saber qué tengo que leer, que recordar, que imaginar, incluso qué partes convendría que me saltara.
Supongo que es como un ancla, que con algunas corrientes consigue escapar un poco de la arena, revolviendo esas páginas ya absolutamente gastadas, envejecidas, pero que siempre se mantiene amarrada, porque dime tú a mi cómo se puede sacar si no estás tremendamente hundido en la mar de lágrimas del que surcó ese océano, del que lo conoció, y le dejó ese amargo sabor a sal en alguna parte de su alma. Ese sabor en la más distinguida montaña.
Y es que podría decirse que yo creo en Dios, sí, pero también he de admitir que le discuto, sonará extraño, pero no puedo ni imaginar cuantas veces he callado que "es justo y necesario", depende de qué signifique justo y de qué es necesario. Puede que no haya nada completamente necesario en nuestra vida, que en ésta nos arrancarán todo pero conseguiremos volar, batallear con los problemas o quien sabe, pero hay cosas que es que sí tienen que serlo, sino qué sentido tendría todo esto, sino uno no se quedaría anclado a nada. Y la justicia, ag, otra que tal baila. Supongo que no se nos puede dar todo regalado joder, eso lo comprendo, ¿pero qué más he de comprender? Está quien lo tiene aparentemente todo y se siente tan vacío que apena, y quien es feliz sólo con jugar con un muñeco de trapo. Pero qué hay de necesario y de justo en arrebatar, en arrancar de nuestros brazos cosas que no pueden volver, cosas que son tan fáciles de quitar como un caramelo a un niño o la tapa al boli, pero que no se devuelven y claro, el hueco se hunde, no se rellena, sino que empeora, ennegrece, así hasta que te muerde.

jueves, 3 de julio de 2014

El perro verde

Que no trates de comprenderme, simplemente ríe mientras me cubro con arena. Canta conmigo, pero no me frenes cuando cante a voz en grito cada canción que conozco, cada canción que me conoce un poco. Acéptame, o no lo hagas, pero no pretendas que cambie la pasión que siento por cada palabra, que cada palabra exprese lo que siento. No intentes que mi vida se rija por cuántas salidas habrá, porque yo sola me abriré cada puerta. Mírame callado cada vez que te muestre una de mis manías, cada vez que ponga el mantel recto, o cada vez que me diga que no voy a hacer algo y lo acabe haciendo porque sino no dormiré tranquila. Ámame, pero por lo que soy, no por lo que nadie quiera que sea, porque yo soy esa chica nerviosa y alocada, a la que la inspiración aborda cada noche, sincera, bohemia, amante de la verdad y practicante de la bordería sin querer o sin querer evitarlo; la que repetirá mil veces la misma historia pero cuando algo me marca queda tatuado en mi, la que se para a escuchar a quien le cortan en una conversación, la que habla desde la emoción, la que se abre en textos, la que se conoce con canciones, la que a veces sólo quiere huir o esconderse, la que admira y aprende de ello, la que verá mil veces el mismo final y seguirá amando cada diálogo, la incomprensible, el perro verde.

miércoles, 2 de julio de 2014

Quejas.

Estoy cansada de falsas esperanzas,
de mentiras que con el tiempo se vuelven despiadadas.
Cansada de soñar y tener que despertarme.
Estoy jodidamente cansada de echarte de menos cuando me muero por también estar echándote de más, más caricias menos lágrimas, más acercamiento menos prendas, más miradas que muestren complicidad y menos dolor, más locuras y menos sueños, más vida y menos miedo.
Es extraño saber que estás perdida, y más extraño aún es saber donde estás perdido, y creo que es entre el calor de tu cuerpo, sí, el que no tengo en este momento, pero que me arropaba en cada abrazo, el que acomodaba mi cabeza sobre tu pecho, el que para mí te caracteriza.
Estoy harta de no entender la letra pequeña que ronda por mi mente, estoy cansada de no encontrar la graduación correcta de la vista de mi vida, y seguir viéndolo todo borroso.
Y en momentos así duele el pecho, y rehuyo el silencio y sí, supongo que tengo miedo.

martes, 1 de julio de 2014

-

-¿Puedo darte un beso?
+ No.
Y así se fue, sin comprender que darla un beso haría que ella volviese a dejarle ver lo vulnerable que se encontraba, que eso haría que ella quisiese otro, y una caricia, seguido de un prometido 'te quiero' que haría que a ella se le quebrase el corazón, dejando su mundo lleno de pequeños espejos en los que ella podía ver cada momento que le sangraba, como cuando le preguntó '¿por qué yo?' y el respondió '¿por qué no?' sorprendiéndola otra vez, como siempre, ya que nunca la daba lo que ella pedía, no la iba a consentir, él siempre la daba lo que veía que necesitaba, pero no la iba a decir las cosas más bellas porque ella las solicitase, sino cuando ella no las esperaba. Otro espejo reflejaba Gran Vía, y ella no pudo mirar; así pasó al siguiente, a la vez que despertó junto a un milagro; en otro le vio a él, vulnerable, necesitándola y ella, ahí, sólo lucho porque el alma de él no se le descosiese de los pies, que ya no querían caminar más. Continuó y vio uno, aparentemente ennegrecido, reconociéndolo, viendo su rostro reflejado, dándose cuenta que la mostraba lo que les llevo a aquel momento. Supo que el aire le faltaba, que podía vivir, pero que no quería, y se tumbó, dejando que cada espejo se clavase en su piel, y cerró los ojos.

jueves, 26 de junio de 2014

Mi Roma.

Puede que la huella de mi pupila consiga llegar más lejos de lo que nunca será capaz de llegar nuestro desorden, un desorden que yo entiendo, porque el mío siempre me lleva a ti, eres como mi Roma, cada camino que tomo, cada paso que doy de una forma u otra está condicionado por cada una de tus sonrisas, por la dirección de tu mirada, no sabría explicarlo; pero todos los caminos me llevan a ti. Juntos somos Roma, llena de ruinas, pero nadie puede negar la belleza de cada una de ellas.

domingo, 15 de junio de 2014

Margarita.

Jamás sentí que un verso
pudiese compararse con la belleza de tu nombre.
Ni que las consecuencias de un tornado
pudiesen equipararse a los escombros
que dejó tu tragedia.
Ni que una duda
pudiese penetrar tanto en un corazón
como para dejarlo desarmado.
Ni que un recuerdo
pudiese ser tan deseado,
un recuerdo que se esconde
por miedo a salir
y dejar lo construido en ruinas.
No sabía que existían corazones
que pudiesen hacer olvidar al mío su invierno,
el que desearía efímero,
pero recordarte hace que el hielo desaparezca,
para que después,
el tiempo,
congele las grietas de nuevo.
Nunca me había dolido
el no conocer una sonrisa,
hasta que vi la tuya grabada
mientras girabas la cabeza.
Ningún nudo de garganta
se compara con el tuyo,
ningún vacío
se compara con el mío.


miércoles, 11 de junio de 2014

Puede ser

Puede que la vida sea como una nota de suicidio, un grito de atención, una disculpa o un lamento; puede que la vida sea eso, comenzar despidiéndonos, porque sabemos que vivimos muriendo. Puede que la vida sea eso, arrepentirte a veces en el momento de saltar,y otras encuentras ahí la paz. Que al final el dolor es algo efímero, o eso quisiera, ya que si lo fuese, la vida sería una carta de amor, y no una de despedida.

sábado, 31 de mayo de 2014

Faith.

Y es entonces cuando pasa
cuando el corazón quema
se encoje y me araña.
Me grita que para qué
de que sirve
que por mucho que mi corazón grite
destronando a la mentira
de un trono que tantas gargantas construyeron
apenas sin esfuerzo
oscureciendo sus cuerdas vocales,
el mundo siempre tratará de estar sordo
ante la verdad.
Verdad amada y sufrida,
fruto de amores y guerras,
de heridas y cicatrices.

viernes, 30 de mayo de 2014

Noches como ésta.

Hay noches que me siento hielo, aparentemente fría, entonces algo me araña, y deja un pequeño desnivel, como si escarvasen tratando de encontrar mi alma. Que consideran congelada. Pero si se fijaran, si por un momento se fijaran, verían que una pequeña gota de agua suele recorrer cada ranura, y al caer, trata de hacer que nada ha pasado, tras recorrerla, y humedecerla haciendo que ésta seque más tarde, que cure después. Y tan sólo unos segundos después, vuevo al frío incómodo que me cubre, que me esconde. Porque a veces asusta el calor, el que proporciona una amistad, un abrazo, o el mismo sol.

Be okay.

Creo en el poder de la música. En que una simple canción pueda hacer que hoy tenga ganas de comerme el mundo. Porque es verdad, porque hay que salir ahí afuera y demostrar lo que uno vale y demostrar todo lo que puedo llegar a valer. Y es que hoy tengo ganas de sentir el sol en mi piel, sentirla enrojecida, y sentir que las cosas comienzan a ir bien. Porque a veces todo parece fallar, pero supongo que es como el sol, no siempre reluce por encima de todo, a veces las nubes tratan de hacer que sus rayos no lleguen lo suficientemente bien como para calentar mi piel, pero siempre vuelve. Igual que volveré, cada vez que caiga en lo que yo considero un pozo sin fondo, pero que es un simple charco. Puede que en algún momento de mi vida creyese profundamente en algún sueño, hoy tengo muchos y realmente no sé cuál tengo, lo que sé es que lucharé por ellos, y si caigo que sea porque me he dejado la piel en el intento, en absoluto porque me senté a esperar ver la vida pasar, que el tiempo nos lleva a todos, pero hoy tienes el intento de mejorar algo, de romper los muros que llevan escritos la palabra 'límite', porque el único límite que existe ahora mismo para no salir y conseguir todo lo que uno quiera, somos nosotros mismos. Y ahora, adelante,
que la vida son tres días y vamos por el segundo, dibuja una sonrisa para el mundo! -Rayden.
Dejo una canción para que cada cual la tome como quiera :)
https://www.youtube.com/watch?v=PKNUBQvsIvs

jueves, 22 de mayo de 2014

Balas como cañonazos.

En vuestros gritos
se pronuncia mi silencio.
Vuestras balas
dejan heridas propias de cañonazos.
Vuestras bocas
tienen mas veneno que la más letal serpiente.
Nuestras sonrisas
tienen todo de fingidas
y nada de verdadero.
Nuestros corazones
ya están negros.
Negros pero no como el carbón,
sino como el más doloroso sentimiento.
Sentimientos sucios,
amargos.
Y así uno no vive,
porque uno no puede vivir fingiendo
ni queriendo verse muerto.
Ni uno vive de tal modo
que lo único que rompa ese rostro falso
sea un buen recuerdo de algo vivido,
que vuelve a asesinarme
al pensar que recuerdo algo perdido.

martes, 20 de mayo de 2014

What doesn't kill you makes you stronger.

Y hoy, como cada día me he acordado de ti, pero hoy no me ha salido sonreír. Preguntarme por qué no estás aquí no sirve de nada, porque no vas a volver; recordar la fecha en la que te fuiste no va a hacer que cambie lo que paso ese día, pero está grabado en mi memoria; desear que hubieses tenido una vida más feliz es estúpido, cuando vives en un mundo lejos de mi alcance. Llorar ya no trae tus palabras de consuelo, aunque supongo que si es verdad eso de que me ves allá donde estés te haré daño.. por eso ya no lloro, pero se me encoge a ratos el corazón, así tú no sufres al ver las lágrimas danzar desde mis ojos. Querer encontrarte en el cuarto ya no tiene sentido, ya que sólo lo habita Ausencia, y a veces le acompaña Soledad, pero estoy segura que ambas echan tanto de menos tu olor como lo echo yo. Mirar las fotos de ti sonriendo no me hace que recuerde el momento, y eso sí que quema, me gustaría saber qué te hizo sonreír, si era yo, porque tu sonrisa sí era un regalo. Pensar en todas las cosas que desaparecieron contigo no hace que intente recuperarlas, porque para mí ya no tienen sentido si no eres tú quien las propone, supongo que eran de esas pequeñas cosas que es contigo o nada. Recordar hasta cosas tan íntimas o huecos de tu casa prácticamente invisibles para otros a mí me hace sobrevivir, yo tenía un refugio, y no era sólo en el cuarto del final del pasillo a la derecha, sino a tu lado; al lado de la mujer que intentó regalarme un gato de peluche y colocarlo encima de una bicicleta por mi comunión. Eres la única persona en el mundo que de verdad me ha echado de menos con irme dos días, y que sepas que yo también te he echado de menos con tan sólo no sé, tú me entiendes. Decirte que estabas guapa cada viernes después de ir a la peluquería no era mentira, siempre has sido preciosa, y recordarte que el pelo seguía en su sitio después de haberte cambiado de la silla al sofá para quedarte más tiempo conmigo nunca me costó nada. Mil veces me hice la dormida mientras ya estaba vestida debajo de las mantas para darte una sorpresa, y todas y cada una de esas veces me hizo ilusión, de esa que te quita el cansancio y cualquier otro pensamiento. Recordar tu cara de agradecimiento al decirte que yo subía más tarde... eso sí era algo grande. Desearía que me hubieses conocido ahora, cuando sé valorar un poquito mejor las cosas, a pesar de que sé que siempre supiste que eras lo más grande para mi, eso no era suficiente.



sábado, 17 de mayo de 2014

Debería estar durmiendo.

Me resulta tan deprimente que lo malo de esta vida sea lo que me inspire, que lo triste sea lo que ponga mi mente en marcha, pero no para mejorarlo, eso si que es deprimente, que no escriba para poner solución al dolor, sino para que estas palabras eviten las lágrimas, que ese agua salada que huye de una mirada esta vez son estas palabras, las que calman mi alma, las que me limpian hasta salvar que se atisbe la más mínima seña de dolor en mi cara. Que hay recuerdos que arañan el corazón hasta asesinarnos, hasta preguntarnos si estamos muertos, si estamos que ya no vivimos o si es que vivimos muriendo. Y es que hay veces que nos preguntamos por qué no estamos muertos en vez de arreglar este remolino que unos conocen como vida, lo que unos ven como ‘un día más’ mientras otros piensan en ‘un día menos’. Y sé que debería ver cada día como una nueva oportunidad para  mejorarla, o al menos  una para empezar a vivir de verdad, pero dime quién ve eso cuando suena el despertador cada día a las siete y cuarenta y ocho de la mañana, y ahí sólo querría aplicar la frases de Sharif ‘hoy me quedo en la cama que fuera la vida duele’, pero no, me pierdo en ese día, entre las sonrisas de gente dolida y entre las caras de sueño de todos aquellos que preferirían despertarse otro día, entre las no-preocupaciones de la gente que vive de la alegría, por en medio de gente a  la que importé un día. 

We were both young when I first saw you.

Tal vez no existe un amor de película, de cuento de hadas, pero sí que existen amores que te hacen sentir que después de esa persona todo se queda corto, que después de esa persona no hay nada más, el amor puro, que te lleva a amar de una manera loca, profunda y sobre todo sincera, ese amor que no tiene nada que envidiar al amor de princesas, porque nunca va a venir a rescatarnos de un peligro un príncipe a caballo para después llevarnos al castillo donde seremos felices y comeremos perdices, no, pero ¿y qué? El amor de cuento está sobrevalorado, porque lo que sí que hará aquel que ames será venir un día a buscarte a tu portal, robarte un beso, o superar baches, porque en la vida real los hay, claro que los hay; pero qué hay más bonito que una verdadera reconciliación, que estar abrazados en el sofá, que que te hagan reír, que ponerte su camiseta después de habérosla quitado entre besos un rato antes, que imaginar un futuro juntos, ¿y qué más da que no sea en un palacio mientras pueda encontrarle cada noche debajo de mis sábanas? Y es que cuando uno ama se vuelve un poco loco creo yo, y puede llorar en un momento de máxima felicidad, o reír en el  peor momento porque no puede ni creerse lo que esté pasando, puede conocer cosas de sí mismo que no sabía que existían y descubrir otras en alguien que jamás creyó que podrían existir, que no podrían ser reales. Y es que, en verdad, ¿qué hay más bonito en esta vida que el amor? El amor que llena, que consume, que nos da vida, que nos mata a veces, y que otras nos resucita.  
SMP.

jueves, 15 de mayo de 2014

The greatest thing you´ll ever learn is just to love and be loved in return.

"¿Cómo iba a saber yo que en aquellos últimos y fatales días, una fuerza más oscura que los celos y más fuerte que el amor, había empezado a apoderarse de Satine? "
- Moulin Rouge.
 Y es que a veces deseo que ojalá que fuese verdad que el amor es el sentimiento más arrebatador y más feliz, pero no es así, puede que el amar te haga sentir que el mundo es mucho más bello o que no tiene por qué ser todo tan malo, pero hay fuerzas incontrolables e inexplicables que pueden arrebatar una vida sin ni siquiera dejarte mencionar unas últimas palabras, una despedida, algo que ni el amor más bello y profundo es capaz de extinguir.

sábado, 10 de mayo de 2014

Aleatoria.

Soy eso, el fluir caótico del pensamiento, del sentimiento, rápidamente lento, impredecible, nervioso, sincero.
Soy quien no sabe explicar un 'por qué' porque dime tú a mi cómo se puede explicar el qué del sentimiento.
Vuelvo a retorcerme en las metáforas, en contradecir el tiempo con una lanza. Qué mas da que no se encuentre coherente, no escribo para que me lea la gente. Lucho contra el dolor de cabeza después de llorar, ya que es injusto que te calienten la cabeza cuando el corazón ya está sufriendo. Soy eso, la que rezaba omitiendo un pedazo, porque lo de justo y necesario nunca lo vi demasiado claro, miraba mi vida y no lo encontraba reflejado en ningún lado, claro, si a mi corazón le agarraron por ambos lados, y se llevaron entre dos personas la mitad de lo soñado, y lo cambiaron por un yo que sé que no hace nada, con función de tirita, pero de qué sirve si la herida no sana, porque se encuentra dentro, sola y desamparada. Sola como ella probablemente se sintió, puede que alguna vez sin querer fui yo la que cometió el crimen de dejar ese peso en ella, pero no puedo hacer nada si ni siquiera tuvo la culpa de desaparecer. Y al final qué... pues supongo que el final, ya que todo acaba, como la risa, la felicidad, la calma, la tormenta, el sentimiento de querer que termine, la botella de barbadillo... Y al final a eso un día nos reduciremos. A ceniza, quizás en una montaña, bien acompañada.

jueves, 24 de abril de 2014

La botella medio vacía.

Y por qué, dime tú por qué todo esto me ha arañado el corazón, dime por qué o qué he hecho para merecer tener una herida que no cicatriza, que cada vez que parece que comienza a cerrarse vuelve a abrirse para que mi felicidad escape, para que huya lejos de mí, y se siente en frente, recordándome que sin ella no merece la pena seguir adelante. Por qué han de tratar de descoserme el alma, por qué me autodestruyo, por qué no me dejo crecer. Por qué me siento en el punto de mira de toda esa mierda... podría ser fácil decir que no me rendiré, pero a saber cuánto tiempo llevo ya en el banquillo, descansando de un partido perdido, o por lo menos es como yo lo veo, y como nadie me ve; podría decir que no me rendiré, pero me sería exageradamente fácil decirlo al saber que ya me he rendido, y es que, al igual que lo han hecho los demás, yo tambíén me he dado por perdida. Y es que parecerá estúpido pero es la puta casualidad de mientras escribo haber escuchado tan sólo dos canciones en el modo aleatorio y que las dos traten de rendirse, o no, todo depende de como uno lo vea, ¿casualidad?. Ni siquiera sé si eso existe. Creo que ya no sé qué creer, he perdido la fe en mí, al igual que lo hice en la mayoría de la gente por la que un día me sentí arropada. Qué más da, ¿no? Si la vida no espera a nadie, y si yo continuo en la parada de un tren, en una estación de la que no me voy a mover, pero desde la que siempre observo a los de mi alrededor. Los trenes pasan, pero mis manos están atadas a otro destino, al del banco desde el que miro la felicidad correr, chocar con el dolor y volver a nacer, y desaparecer.

domingo, 20 de abril de 2014

Arte

Y es que creo que sólo aquella persona que haya sentido por su cabeza un verso, o que alguna vez una frase le haya tatuado el corazón, o que una palabra se le haya escapado entre los dedos desesperada por ser desarrollada para llegar a ser la historia más bella jamás contada, puede entender lo que esto significa.
Sólo aquel que ha pasado noches discutiendo con esa inspiración, que siempre llega en el peor momento, y que te impulsa a lanzarte contra el folio, el cuaderno o la simple nota del teléfono, podría comprenderlo.
Aquel que admira la palabra de tantos maestros, da igual o no que alguna vez consiguieran reconocimiento, y la absorba, la viva y la sienta podría entenderlo.
Aquella que siente que jamás es suficientemente bueno, y gana horas y horas leyendo, echando de menos palabras que faltan, pero si faltan puede que estén de más.
Ese que ha dejado que sus manos, su corazón y su mente se reunan para crear algo loco, abarrotado de sinsentidos, algo puro.
Y es que aquel que aprende de lo que ve, que escucha lo que siente que empieza a admirar lo que envidiaba, que ve la belleza detrás de las palabras puede comprender que no encuentro mayor arte que el sentimiento sincero escrito en un papel, bueno malo azul o blanco, simplemente siendo espejo del corazón y tomando la mejor parte de la razón.

viernes, 11 de abril de 2014

Best of me

Podría fingir que soy una chica normal, pero os engañaría. Podría decir que no tengo manías que cualquiera pueda odiar, pero no sé a quien estaría mintiendo. Podría decir que aquel diez de diciembre de dos mil once no volví por el camino a casa, mientras tú te ibas en tu bicicleta, dando saltos emocionada, FELIZ, porque dijiste 'te quiero mucho, que lo sepas', por primera vez, pero si negase eso dejaría la nariz de pinocho en un segundo puesto. Podría negar que tardé en contestar la primera vez que leí 'te amo.' en nuestra conversación porque estaba dando saltos por la casa, pero vamos, es estúpido, porque lo hice. Lloré de felicidad al ver que eran las doce pasadas y el mundo daba paso al veintiocho de octubre de dos mil doce, y te abracé. Traté de recopilar en mi mente, en las notas, o en cualquier lado los mejores regalos que me hiciste, como cuando dijiste que era la niña de tus ojos, y teniendo los que tienes, serlo debería ser un don.

viernes, 4 de abril de 2014

Sssh, silencio.

Me disfracé, para parecer más feliz.
Y me escondí, para acompañar al olvido.
Traté de despertar las sonrisas en coma de tanta gente...
Sonrisas perdidas en batallas.. o en botellas.
Traté de calentar inviernos,
e incluso creí congelar el fuego.
Discutí con la inspiración,
porque siempre llegaba tarde.
Y me refugié detrás de las agujas de un reloj,
del tiempo,
que dicen que todo lo cura,
que el dolor calma,
al alma,
de aquel que sufre... de aquel que ama.
Me entrometí en la mente de los realistas, de los idealistas,
de los soñadores y pesimistas,
en definitiva,
de cualquiera cuya mente fluyese de una manera distinta.
Abracé al solitario,
me pudo escuchar el sordo,
hablé por el mudo,
y aquel que lloraba acabó por consolarme a mi, irónico.
Y, entonces, creí ser feliz
y cuando fui a contarlo
me ataron las manos
me cosieron los labios.
Y ahí lo encontré.
Cuando no tuve nada más que hacer,
cuando todo terminó
fue el único que se quedó a recoger
los restos de lo aprendido,
los mios.
El silencio.
Que mantuvo en secreto,
mientras contaba a voz en grito,
todo lo que yo nunca había dicho.
Que gritaba todo lo que yo callaba.
Pero nadie lo oyó.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Y es que, a veces, duele de una manera diferente.

Cuanto más pasan los años más miedo tengo, de que se me olvide, de no recordar el olor de su ropa, de su casa; de no acordarme de sus pulseras, o el collar que siempre adornó su cuello. De no recordar su piel y sus manos, las que tantas veces me levantaron y me acompañaron, las que me hicieron crecer, las que yo calentaba con las mías cuando me llevaba al colegio cada mañana durante tantos años... tantos años que me pregunto qué hubiese sido yo si no hubiese sido parte de ella, y estoy segura de que no sería en absoluto mejor de lo que soy. Tuve a mi lado a la mejor persona que ha pisado el planeta, tuve a mi lado a una heroína tal vez no famosa pero sí reconocida por aquel que pudo saber tan sólo su modo de mirar. Y es que sus ojos... esos ojos que se fueron tornando nublados, ojos que a los míos hacían llover al mirar y no tener respuesta, porque yo sólo quería que me viera, y llegué a creer que me vio por dentro, pero me di cuenta de que me lo imaginaba cuando tornó hacia otro lado su cara.
Podría recordar algo de cada rincón de su casa, de cada uno de sus vestidos, me atrevo a decir que sabría decir cuales ni siquiera estrenó, cuales compró y usó para momentos especiales, y cuales eran los más frecuentes, o tal vez ya no. Envidio su elegancia, su fuerza, su manera de sonreír, su manera de cuidarme, de enseñarme, de dormir juntas dadas de la mano, incluso rezar con ella parecía otra cosa, lástima que Dios no oyese mis plegarias, que no las oiga, que no la traiga conmigo.
Y es que yo en sus brazos siempre me sentí protegida, quien había mejor que ella para prepararme la comida cada viernes, para enseñarme que la vida es un fluir de golpes y que alternativamente tocan a unos o a otros, y que aunque muchos nos dieron a nosotras, siempre demostró que con todo se sigue, que nada puede desaparecer mientras viva dentro de uno todo aquello que necesitamos.
Creo que jamás me he enorgullecido tanto de nadie, y eso que tuve esos momentos pavos y estúpidos en los que no quería que me gritase por la ventana, pero madre mía, sonrío pensando en que ahora moriría de ganas porque asomase su cabeza en la ventana doble del cuarto, llamándome a subir a su sofá, y es que recuerdo hasta con cariño la funda, que cada vez que íbamos acababa más fuera que puesta. Creo que la generosidad es lo que le corría a veces por las venas, y no sangre, pero sí melancolía.
Supongo que cuando desaparecen ciertas personas se llevan partes nuestras con ellas, y ella se llevó una mitad entera, pero al final yo soy una parte suya, así que sólo se llevó con ella el agradecimiento que yo le debía.

Y llego al final de la misma manera que siempre, pensando que esto no es suficiente, ni una buena introducción, ni buen cuerpo ni buen desenlace, y jamás podré hacerla ese gran homenaje. Será la persona a la que más textos dedique, a la que más nostálgicamente recuerde, a la que escribiría cada día en aquella pizarra amarilla sólo para que jamás olvidase que como ella no habrá nadie.
Cada vez lloramos menos y hacemos sangrar más a los demás.

domingo, 23 de marzo de 2014

Cobarde.

-"Y de vez en cuando escribe algo sobre que a pesar de todo hay cosas buenas". Dijo.
Me he dado cuenta de que cuando me siento perdida, sola, en medio de la oscuridad, como si estuviese en un pozo es cuando olvido que eso existe, cuando hasta lo bueno lo veo malo, hasta cuando brilla el sol parece una ofensa para mí ya que en mi interior llueve truena y se desatan relámpagos; pero hay veces que algo pasea por mi mente, hasta que me detiene y me da a pensar, nunca todo es malo, quedan las canciones, las palabras, las sonrisas de un niño inocente, el helado de galletas y vainilla, las tabletas de chocolate o las amigas que te las regalen, queda que él me diga repetidamente que está a mi lado, queda esa luz que existe si levantas la cabeza mientras estás en el pozo... pero a veces parece que no quiero ni verlo, que me acomodo en la mierda, en lo que me apena, creo que a veces temo el mirar que se puede seguir adelante, porque dolerá el recorrido de dejar lo malo atrás, porque me hará intentar salir de ese pozo y volver a sentir que no puedo, como en otros momentos sentí, y supongo que eso es lo que más miedo me da. Supongo que temo que alguien me tienda la mano, y que cuando me ponga de puntillas desde lo más profundo de mi pozo, de mi agonía, tropiece, y el suelo se hunda un poco más. Supongo que él, a veces, tiene razón, y sólo me siento y espero a que las cosas sucedan, porque estoy en el lugar donde el primer golpe dolió, pero ahora no duelen tanto porque ya no intento curarme, no intento salvarme, sólo los espero, y así creo que las cosas duelen menos. Valor. Eso. Me falta. Hay quien me ve fuerte, supongo que he tenido mis momentos, pero ahora creo que lo único que soy es cobarde.



viernes, 21 de marzo de 2014

Y ahora qué.

Creo que ya oscurecía, no sé si hacía frío o viento, la verdad es que no recuerdo la temperatura de aquel momento, del instante en que pregunté por aquello que querías contarme, la balanza de la felicidad y el miedo daba constantemente golpes contra el suelo desde hacia días, arriba abajo cada lado, y así me balanceaba yo.
Y es que en ese preciso lugar, en ese momento en el que a saber cuántas cientas de personas pasaron por tu lado yo sólo te oía a ti , en medio de gran vía, en medio de un mar de nervios, tales eran que ni dejaban moverse a mis cuerdas vocales, haciendo que no pudiese hablarte, de ahí ese modo mio de parecer estúpida al asentir ante tu respuesta de si te quería, joder como no iba a quererte, y sin previo aviso me besaste, no sabría describir que fue ese momento, sólo que era nuestro, que era algo nuevo y sin saberlo acabaría siendo algo tan natural para mi. Que entrelazases tus dedos con los míos al bajar la calle, esa sensación.. la sensación de que en ese momento hubiese perdonado mil huracanes.

jueves, 20 de marzo de 2014

Cansada.

Y es que llega un momento en que uno se empieza a cansar, cuando ves que la gente vive atropellada y atropellando, arrasando a veces todo a su paso, como un tornado, uno que solo machaca lo que llevamos dentro, que nos deja el interior hecho cenizas. Y uno no sabe hasta que punto aguantar, hasta que punto aguantamos. Cuando lo único que escribes sólo parece gris, cuando crees que es el mundo, que se ha teñido así, que los días no son iguales para todos, que alejarme de casa es el mejor desahogo, que la vida cambia y cuando se supone que es a mejor deberían escribir en letra pequeña que eso tan sólo incluye a unos pocos, que los demás tratamos de ser agradecidos pero cuesta viendo la realidad que nos han establecido, sin consultar sin avisar, sin preguntar. Imponer es el único modo ya de hablar, de acordar, sólo que eso no es igual.

miércoles, 19 de marzo de 2014

No sé vivir sin ti, no sé vivir contigo.

Tal vez no existe un amor de película, de cuento de hadas, pero sí que existen amores que te hacen sentir que después de esa persona todo se queda corto, que después de esa persona no hay nada más, el amor puro, que te lleva a amar de una manera loca, profunda y sobre todo sincera, ese amor que no tiene nada que envidiar al amor de princesas, porque nunca va a venir a rescatarnos de un peligro un príncipe a caballo para después llevarnos al castillo donde seremos felices y comeremos perdices, no, pero ¿y qué? El amor de cuento está sobrevalorado, porque lo que sí que hará aquel que ames será venir un día a buscarte a tu portal, robarte un beso, o superar baches, porque en la vida real los hay, claro que los hay; pero qué hay más bonito que una verdadera reconciliación, que estar abrazados en el sofá, que que te hagan reír, que ponerte su camiseta después de habérosla quitado entre besos un rato antes, que imaginar un futuro juntos, ¿y qué más da que no sea en un palacio mientras pueda encontrarle cada noche debajo de mis sábanas? Y es que cuando uno ama se vuelve un poco loco creo yo, y puede llorar en un momento de máxima felicidad, o reír en el  peor momento porque no puede ni creerse lo que esté pasando, puede conocer cosas de sí mismo que no sabía que existían y descubrir otras en alguien que jamás creyó que podrían existir, que no podrían ser reales. Y es que, en verdad, ¿qué hay más bonito en esta vida que el amor? El amor que llena, que consume, que nos da vida, que nos mata a veces, y que otras nos resucita.  

Admiro.

¿Yo? Yo soy admiradora, soy admiradora de palabras, de sonrisas, de frases, de rimas cargadas de encanto, de angustia, de tristeza, de frustración, o de la más loca alegría. ¿Yo? Yo soy admiradora del amor, de las emociones que laten bajo el pecho, de la vida, y de la muerte, de las pequeñas arruguitas que se forman en las comisuras de los labios de esa gente que desgasta las sonrisas, o de las que aparecen en la frente de quien vive pensando. 
Y si lo piensas, qué hay más valiente que admirar, que admirar al adversario, al que es mejor que tú, incluso al que todavía no lo sabe.