sábado, 19 de diciembre de 2015

Entre Julietas de bar y Dulcineas de esquina.


Si nos queremos, si nos hacemos reír, si no borro nada que nos concierna a los dos porque voy a seguir teniéndolo grabado a fuego, si hemos escrito nuestra leyenda con sólo mirarnos, si tenía más claro un futuro contigo que un presente conmigo..
Mil veces me he preguntado por qué no volvemos, y otras tantas me he respondido que no íbamos a castigar al corazón, que ya hay suficientes Julietas de bar cuyo balcón es el de sus labios a la bebida, y Dulcineas de esquina que aceptan ser el paseo de cualquiera sin que nadie se enfrente a sus pesadillas por ellas. 
Me he preguntado por qué no volvemos y me costó admitir que era porque querernos no era suficiente, y merecíamos algo más que un 'progresa adecuadamente', que podíamos hacerlo mejor, pero con otros.
Que no volvemos porque cuando conseguimos reconstruir el corazón, y sabes que eso es algo que costó mucho, nos dimos cuenta que los latidos ya no respondían a tu nombre; porque cambiamos el odio hacia el próximo por nuestra más sincera bendición. 
Que no volvemos porque hubo un punto en que nos dimos cuenta que no éramos poco el uno para el otro, que nos merecíamos con creces -a veces-, pero al encontrarnos después de tanto tiempo caímos en la cuenta de que ya no éramos lo que buscábamos.
No volvemos porque yo no supe escuchar lo que susurraban las cuerdas de tu guitarra ni tu leer entre las líneas la señal de socorro.
Que no volvemos porque queremos ser felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario