No pienso en ti por ti
sino porque apareció la idea
contigo
de un plural que no supimos conjugar,
con mi singular manía de desordenarlo
sino porque apareció la idea
contigo
de un plural que no supimos conjugar,
con mi singular manía de desordenarlo
todo
y la estúpida convicción de poder
al fin
amontonar mis manías
y barrerlas junto a mis miedos.
Pudiendo volar
elegí hacerlo a ras de suelo
y, otra vez,
no me funcionaron los frenos;
no te preocupes,
mi airbag nunca salta a tiempo
así que ahora,
lo que barro,
son los restos.
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