viernes, 15 de marzo de 2019

Las noches ya no son para los artistas

Que empezamos
con el frío en la calle
en los huesos
en los pies,

que se contradecía
con el calor de las manos
de la cama
de tu piel.

Y los besos en atocha
en el ascensor
en los bares
-que tu nombre no está escrito únicamente en la pared de ese garito-.

Que seguimos con las risas
con las ganas
con las manos entrelazadas.

Que tu culo me recuerda a algo griego
y no sé si fue follar o hacer el amor
pero esa noche nos sobraba España.
De visita rápida por Egipto,
cenamos en un indio
y acabamos siendo actores japoneses en una peli americana.

Que cuando nace la duda
pienso en tu mano cubriendo mi cadera,
en tu risa cuando duermes,
en la línea verde,
en Silvia de la estrella.

Que es fácil cerrar los ojos
y pensarte en mi sur
con los tuyos bien abiertos.

Tu mirada de antes del beso,

la de no querer mirarme,

la de no parar de hacerlo.

Que has sabido verme.
Reconocerme entre el caos
y las ruinas,
pero esta noche ya no me miras.

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