Y es que hay cosas que merecen homenajes, nuestro tiempo, nuestros ojos y oídos, incluso nuestras lágrimas. Y es que yo me encuentro perdida en las mismas páginas, del mismo libro de siempre, entre los pocos párrafos que conozco, entre los pocos que he podido leer... teniendo el final, y supongo que también quedan escritas esas anécdotas en las que me recreo, y en las que creo... me da rabia no tener reflejadas las mejores partes de la historia, no poder hacer una marquita en esas páginas, para ,al volver a verlo, saber qué tengo que leer, que recordar, que imaginar, incluso qué partes convendría que me saltara.
Supongo que es como un ancla, que con algunas corrientes consigue escapar un poco de la arena, revolviendo esas páginas ya absolutamente gastadas, envejecidas, pero que siempre se mantiene amarrada, porque dime tú a mi cómo se puede sacar si no estás tremendamente hundido en la mar de lágrimas del que surcó ese océano, del que lo conoció, y le dejó ese amargo sabor a sal en alguna parte de su alma. Ese sabor en la más distinguida montaña.
Y es que podría decirse que yo creo en Dios, sí, pero también he de admitir que le discuto, sonará extraño, pero no puedo ni imaginar cuantas veces he callado que "es justo y necesario", depende de qué signifique justo y de qué es necesario. Puede que no haya nada completamente necesario en nuestra vida, que en ésta nos arrancarán todo pero conseguiremos volar, batallear con los problemas o quien sabe, pero hay cosas que es que sí tienen que serlo, sino qué sentido tendría todo esto, sino uno no se quedaría anclado a nada. Y la justicia, ag, otra que tal baila. Supongo que no se nos puede dar todo regalado joder, eso lo comprendo, ¿pero qué más he de comprender? Está quien lo tiene aparentemente todo y se siente tan vacío que apena, y quien es feliz sólo con jugar con un muñeco de trapo. Pero qué hay de necesario y de justo en arrebatar, en arrancar de nuestros brazos cosas que no pueden volver, cosas que son tan fáciles de quitar como un caramelo a un niño o la tapa al boli, pero que no se devuelven y claro, el hueco se hunde, no se rellena, sino que empeora, ennegrece, así hasta que te muerde.
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