lunes, 22 de septiembre de 2014
Te quiero
Supongo que te felicitaré durante mi vida más años de los que probablemente nadie haya vivido, pero envolvería mi vida para regalo con tal de poder compartir otro día más a tu lado. Sinceramente no sé bien qué decir, sólo sé que necesito decirte algo, evocarte una vez más. Creo que este día, este veintidós de septiembre dice dentro de mí mucho más de lo que sé traducirte a palabras. Un detalle, una merienda, un abrazo, tu abrazo. A veces trato de recordar tu número de teléfono, el que tantas veces marqué, al que tantas veces contestaste. No sé si con ello puedo creer que así recupero el código que me hará poder dar contigo o yo qué sé. Sólo sé que has aparecido esta noche en mi sueño, y reías; que durante mi vida tomaré una copa de barbadillo a tu salud cada vez que la ocasión lo merezca; que seguiré creyendo que te veo a lo lejos por las calles; recordando tu pizarra, tu sonrisa y tu calor, porque el amor calienta un poquito el alma, y tú siempre conseguiste que estuviese la mía a la temperatura perfecta. Me gustaría revivir un día cualquiera mientras que ese hubieses estado a mi lado, tan sólo para sentir que mi recuerdo te hace una fiel justicia. Serían ochenta y ocho, y me gustaría pensar que en asuntos del corazón estarían bien llevados, sé que no en todos, pero te prometo que yo trataría de extirpar cada dolor, y apretar cada arruguita de tu mano, así hasta sentirte conmigo y sentirme yo más viva.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario